Con millones de nuevos casos de Alzheimer al año en el mundo, mientras se busca una cura contrarreloj, la única esperanza es por ahora el diagnóstico precoz de la enfermedad, atendiendo los primeros síntomas. Lo afirman expertos italianos, a pocos días de la Jornada Mundial del Alzheimer, que se conmemora el 21 de septiembre. "Es una enfermedad neurodegenerativa que progresa de modo gradual e inicia con un largo periodo silencioso antes de que aparezcan los primeros síntomas", explicó Alessandra Mocali, bióloga de la Universidad de Florencia y presidente de la Asociación Airalzh.

Agregó que "perfeccionar los métodos de diagnóstico precoz es, por lo tanto, fundamental para distinguir correctamente al Alzheimer de otras formas de demencia y someter a los pacientes a los tratamientos más adecuados cuando los síntomas todavía son leves". Se estima que en Europa, 10,5 millones de personas viven con demencia y la cantidad podría aumentar a 18,7 millones en 2050. En el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con demencia son 50 millones y, de éstas, los casos de Alzheimer representan el 60% o 70%, con 10 millones de nuevos casos al año. "Un tratamiento que retarde la tasa de progresión de la enfermedad en 50% implicaría una disminución de los enfermos en los estadios avanzados", explicó Monica Di Luca, del Departamento de Farmacología de la Universidad de Milán, presidente de European Brain Council y vicepresidente de Airalzh Onlus. Sostuvo que la consecuencia sería una "mejora del nivel de vida para muchos enfermos, ya sea cantidad y calidad".

"Especialmente, un tratamiento en las primeras fases de la enfermedad podría reducir a la mitad los costos totales de la asistencia desde 22.000 euros a 12.406 euros por persona al año, según el estudio realizado por el European Brain Council", afirmó. Un arma fundamental contra la enfermedad, según los expertos, es la prevención. "De los datos de la literatura científica surge que entre los factores de riesgo para el surgimiento de demencia, algunos pueden ser potencialmente modificables", dijo por su parte Gabriele Carbone, neurólogo responsable del Centro de Demencias del Italian Hospital Group. Detalló que se trata de factores "relacionados con el estilo de vida: diabetes, hipertensión, obesidad, sedentarismo, depresión, el hábito de fumar y bajo nivel de instrucción".

"Por lo tanto, estrategias para la prevención primaria conjunta de los siete factores de riesgo produciría una sustancial reducción de la cantidad de casos de demencia por Alzheimer y de demencia vascular", concluyó.