MONTEVIDEO (Uypress) - La empresa logística belga Katoen Natie (KN), propietaria mayoritaria de la Terminal Cuenca del Plata (TCP) del puerto de esta capital, notificó al Estado uruguayo que le iniciará un juicio por 1.500 millones de dólares. Parece ser que esta vez va en serio, porque las amenazas de juicio son una constante en la empresa dirigida por el magnate belga Ferdinand Ernest Maximiliaan Isidoor Huts.

La empresa tiene una concesión por 30 años para la gestión de TCP, que obtuvo a partir del 2001, es decir que todavía le quedan 11 años de operaciones. Es significativo el comunicado emitido el 2 de mayo del 2017 cuando anunciaba la venta de todos sus activos en Uruguay (1) afirmaba: "El fuerte marco legal Uruguayo y la estabilidad política del país han permitido que se siguiera invirtiendo en la terminal para transformar a TCP en una de las terminales de contenedores líderes en el Sur. La capacidad y eficiencia de TCP han sido enormemente incrementadas por el diseño de última generación y tecnología de punta utilizados para este desarrollo. Con el respaldo de un sobresaliente equipo gerencial y de trabajo, la terminal se ha beneficiado con una modernización transformadora, convirtiendo el puerto en un verdadero hub regional, contado entre los más productivos del continente".

El titular del comunicado afirmaba "LUEGO DE 16 AÑOS de crecimiento espectacular, KatoenNatie lanza un proceso de selección para encontrar un nuevo accionista..." ¿Cuándo dice la verdad? ¿Hubo o no hubo 16 años de crecimiento espectacular? Y el hecho de que el puerto de Montevideo esté entre los "más productivos del continente" no le alcanzó a KN y ahora, al no haber logrado su objetivo de obtener una extensión de la concesión por otros 20 años más, hasta el 2051, lo que incrementaría sustancialmente el valor de TCP, decidió recurrir a una práctica muy habitual en el grupo KatoenNatie, los juicios contra los estados. Tiene como antecedentes varios juicios, en especial uno multimillonario contra el estado belga por el puerto de Brujas, preparado desde un primer momento en cada uno de sus detalles, a pesar de no haber completado sus obligaciones e inversiones.

En Uruguay Katoen Natie se caracterizó por una guerra permanente a través de los medios de prensa, contra otros operadores portuarios, en especial contra Montecon. En una nueva arremetida contra la Administración Nacional de Puertos (ANP) la acusa de darle un trato preferencial a Montecon, otra compañía privada que opera en el recinto portuario público. En una nota enviada al gobierno entrante como al actual, que es la continuación de otra misiva remitida el pasado 15 de octubre, en la que la empresa belga informa que de no alcanzar un acuerdo aplicará la solución de controversias prevista en el tratado de protección de inversiones entre Uruguay y la Unión Europea. Es decir, que todavía está en el nivel de amenaza que le es típica de su accionar. En diversas oportunidades y ante variados públicos el presidente de KatoenNatie se jactó del poder y la experiencia que tenía en los juicios contra diversos estados.

Para ello, la empresa realizó una permanente labor de quejas oficiales y oficiosas a través de la prensa que eran sin duda parte de estrategia desplegada durante muchos años. Mientras en el comunicado oficial anunciando la venta de sus activos, llena de alabanzas para el país y para la propia empresa TCP, de la que es socia la propia ANP (en un 20%), a nivel de una constante ofensiva en la prensa, para lo cual disponía de un imponente aparato profesional y contactos con los más diversos medios, arremetía con quejas y exigencias ante las autoridades. Situación difícilmente explicable, porque no es muy comprensible quejarse y atacar una sociedad con un socio estatal y con sede en un país, cuando se la pretende vender.

¿Vendía o se estaba preparando para un juicio? En el texto enviado por la empresa belga hace mención que la ANP "amenaza" a Katoen Natie con rescindir el contrato como consecuencia del descenso en el movimiento de contenedores en el puerto de Montevideo. Situación prevista específicamente en el contrato original de concesión. "El Estado sabe que dicho descenso se debe, precisamente, al trato preferente e ilegal que viene otorgando a la sociedad que opera irregularmente la segunda terminal del Puerto de Montevideo, Montecon S.A.", dice la nota de la empresa belga. En sus ofensivas constantes y "desinteresadas" Katoen Natie llegó a mencionar que en el puerto había olor de corrupción, sin aportar pruebas o concretar algún elemento que justifique su fino olfato. Por otro lado, en reiteradas oportunidades la empresa Montecon, propiedad en su momento de la empresa uruguayo-chilena Shandy, le reclamó a la ANP la autorización para instalar en la parte pública del puerto de Montevideo, grúas pórtico, que son sin duda en todo el mundo las más eficientes, rápidas y económicas para el movimiento de contenedores.

Nunca le fue concedida dicha autorización. Actualmente Montecom y otras 19 empresas uruguayas son de propiedad del grupo Nodus. En el año 2018 el grupo chileno Ultramar asumió el total del capital accionario del grupo.