El archipiélago de Svalbard, en el Ártico, y la inmensa extensión blanca de la Antártida son los únicos lugares en la Tierra donde el coronavirus no ha llegado, así como tampoco al centro de investigación en la órbita terrestre, Estación Espacial Internacional (EEI). Se trata de lugares dedicados a la investigación, en los cuales hay un total de 45 personas, para quienes el aislamiento es la regla. El grupo más numeroso incluye los 30 que trabajan en la ciudadela de investigación de Ny-Alesund, en Svalbard. Ahí se encuentra, por ejemplo, el italiano, Marco Casula, del Instituto para las Ciencias Polares de Venecia. "Tendría que haber regresado el 10 de marzo, pero permaneció presidiendo la base 'Dirigibile Italia'", contó Carlo Barbante, director del instituto perteneciente al Consejo Nacional de Investigación (CNR, por sus siglas en italiano). De las ciento de personas de distintas nacionalidades que habitualmente viven en esa ciudadela, permanecieron 30 y se ayudan entre ellos. En la Antártica, en tanto, el aislamiento es una larga tradición en invierno: son pocas las bases habitadas en seis meses de oscuridad, entre ellas, Concordia, nacida de la colaboración entre el Programa Nacional de Investigaciones en Antártida (Pnra) y el Instituto polar francés Paul Émile Victor. Ahí viven 12 entre técnicos e investigadores, cuatro de ellos italianos: en torno no tienen otra cosa que un extenso espacio de hielo y están acostumbrados al aislamiento. El trabajo sigue también en la Estación Espacial Internacional, donde se encuentra el ruso Oleg Skripo?ka y los estadounidenses Jessica Meir y Andrew Morgan. "No obstante todo lo que está sucediendo (o no está sucediendo) en la tierra, al investigación en la estación espacial continúa!", escribió en Twitter AstroJessica. Mientras tanto, la NASA informó que sigue trabajando para llevar a bordo a otros tres miembros de la tripulación, todos estrictamente en cuarentena.