En 2019 fueron asesinados 24 defensores del medioambiente y los derechos humanos en Brasil, entre los cuales hay indígenas que pertenecen, en su mayoría, a la región amazónica.

Veinte de los 24 activistas muertos actuaban en la región amazónica y diez eran indígenas, de acuerdo con el informe elaborado por la ONG internacional Global Witness.

Ben Leather, representante de Global Witness, informó que Brasil ocupa el tercer lugar en el ranking mundial de violencia contra activistas, detrás de Colombia, donde hubo 64 muertos y Filipinas, con 43 ejecuciones en 2019. El recrudecimiento de la violencia en la Amazonia ocurrió en paralelo al incremento de los incendios y la depredación perpetrados por productores agrícolas, traficantes de maderas y buscadores de oro y diamantes. Uno de los blancos de estos grupos que devastan la floresta son las reservas indígenas.

Los miembros de las poblaciones originarias constituyen el grupo más atacado, en términos relativos, ya que "ellos representaron el 42% de los asesinatos del año pasado en Brasil y son apenas el 0,4 % de la población", consignó Leather.