Con las 19 elecciones departamentales, de los municipios y de los ediles se cierra el ciclo electoral que comenzó en julio del 2019. La pandemia extendió el proceso durante 14 meses, es como el carnaval uruguayo, el más largo del mundo. Amamos el libro Guinness. Lo excepcional de esta jornada electoral está dada por los protocolos sanitarios que hay o mejor dicho habría que cumplir por el Covid-19 y que recientemente fueron violados en forma flagrante por la marcha de la diversidad.

Como si la diversidad sexual protegiera de la peste… También se reducirá sin duda la cantidad de uruguayos que vienen desde el exterior a votar, sobre todo de Argentina y Brasil, que tienen una situación sanitaria muy compleja. ¿Cómo influirá esto en el porcentaje total de votantes y en la distribución por candidatos? Después de 15 años, es el primer acto electoral departamental y municipal que se vota con un gobierno nacional que no es del Frente Amplio, sino de una Coalición Multicolor encabezada por el Partido Nacional. ¿Tendrá alguna influencia en los resultados? Tanto el Frente Amplio como algunos dirigentes colorados, protestaron airadamente por la presencia del Presidente de la República Luis Lacalle Pou en varios departamentos, sobre todos los que están en disputa y lo acusaron de influir en el resultado electoral.

¿Será cierto y de qué forma? Hay una notoria situación dual en el país, por un lado el excelente resultado en la batalla sanitaria contra el Covid-19 que sitúa al Uruguay entre los países menos afectados del mundo proporcionalmente y tomado como ejemplo en la prensa mundial y nacional, y esto notoriamente favorece al gobierno que conduce esta batalla. Pero simultáneamente el impacto económico y social ha sido muy importante, con una abrupta caída del PBI (luego de 16 años de crecimiento ininterrumpido), de las exportaciones y con sus consecuencias sociales: aumento de la desocupación total y parcial, de la pobreza e incluso de la indigencia.

¿Cómo leerá el electorado estas dos situaciones a la hora de votar? ¿O primarán por encima de todo las tradiciones locales, el peso de los partidos y los candidatos en los departamentos y los municipios? Lo cierto es que los resultados serán leídos a partir del lunes tanto a nivel de los departamentos, pero sobre todo, a nivel nacional, como parte del conjunto del proceso electoral y político, incluyendo el comportamiento del 4to partido en disputa, Cabildo Abierto. ¿El Frente Amplio retrocederá a los viejos tiempos en que eran un partido de la capital y con una débil inserción en el interior del país? Es claro que el punto de fuerza fundamental del FA en estas elecciones se desplazó de Montevideo (donde seguramente obtendrá el triunfo) a Canelones, donde lleva una ventaja abrumadora.

¿Pero en que departamentos seguirá gobernando? Ya el hecho de que en el interior los departamentos en disputa sean solo aquellos donde ya gobierna el FA, Salto, Paysandú, Río Negro y Rocha y en los 13 restantes no haya crecido ni amenace la supremacía del Partido Nacional (en doce de ellos) o del Partido Colorado (en Rivera), es una señal política que debe analizarse. No es por cierto un síntoma de crecimiento del FA. En medio de un mar de listas de todos los colores y matices, al final, a partir del lunes también tendremos un mapa de las fuerzas, de los partidos dentro de los dos bloques, el oficialismo y el Frente Amplio y ese es también un dato importante para los próximos 4 años y medio del nuevo gobierno y para las elecciones del 2024. Estamos a pocas horas de respondernos muchas preguntas. Aunque siempre las cifras, frías e inapelables quedan libradas al juego de las interpretaciones. Mientras tanto el Uruguay muestra uno de sus rasgos mejores, la democracia en funcionamiento con las elecciones.

ESTEBAN VALENTI