El guardia de seguridad recibió un disparo en la cabeza. Era un policía retirado y vivía en el terreno de la barraca junto a su hijo.

Compañeros de trabajo dijeron que el vigilante había comentado días atrás que veía movimientos sospechosos y anunció que "se la iban a a dar" al comercio y que él actuaría con su arma si llegara el caso.

Finalmente, se cumplió su intuición . Los ladrones no pudieron llevarse el dinero, pero sí le quitaron la vida.