Naciones Unidas alertó hoy de los riesgos para la salud y el bienestar de los jóvenes por el creciente uso "recreativo" del cannabis, que además pone en tela de juicio los tratados internacionales que limitan el consumo de sustancias prohibidas. Así lo subrayó el informe mundial de drogas realizado por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), órgano vinculado a Naciones Unidas y encargado de vigilar la aplicación de los tratados de fiscalización internacional de drogas. El mensaje del estudio apunta directamente al corazón de los 30 estados de los Estados Unidos donde es permitido el consumo con fines médicos de esa sustancia, y contra Canadá y Uruguay que permiten el uso medicinal y recreativo de la marihuana. El informe también prende las alarmas frente a aquellas naciones que permiten la venta de medicamentos elaborados a partir de esa sustancia y que ejercen pocos controles para su venta.

"La legalización del consumo de cannabis con fines no médicos en algunos países es un problema para la aplicación universal de los tratados, un problema para la salud y el bienestar públicos (en particular de las personas jóvenes), y un problema para los Estados partes en los tratados". Así lo manifestó Viroj Sumyai, presidente de la JIFE, durante la presentación este martes del informe en Viena. Sumyai también apuntó el reflector de los interrogantes sobre Latinoamérica por el crecimiento del narcotráfico en esa región, en particular por el aumento de cultivos ilícitos de hoja de coca y la venta de cocaína en Colombia, de acuerdo a las cifras de 2017.

"Nos preocupa el aumento del cultivo ilícito de arbusto de coca y de la fabricación ilícita de cocaína en Colombia", recalcó el jefe de la JIFE. Frente a los "efectos adversos" del uso recreativo del cannabis, el informe relacionó los resultados de un estudio del Journal of Health Economic que evidenció un aumento en el consumo indiscriminado de esa sustancia en adultos ubicados en estados norteamericanos donde se permite su uso medicinal frente a los que lo prohíben. El informe de la JIFE dijo temer de que el "efecto más probable" por el consumo del cannabis, tanto recreativo como medicinal, sea el aumento en las tasas de accidentes vehiculares, el incremento en la dependencia a esa sustancia y el afloramiento de "psicosis y otros trastornos mentales".

"El consumo de cannabis que se inicia durante la adolescencia puede dañar el desarrollo cerebral en un momento de gran vulnerabilidad", dijo un aparte del informe respecto a los riesgos a largo plazo en la salud. Sin embargo, el mayor temor de la JIFE es que la "legalización del uso de cannabis con fines no médicos contraviene los tratados de fiscalización internacional de drogas". Mientras que la aplicación global de esos tratados "corre un grave peligro" por la decisión de Canadá, Uruguay y varios estados de los Estados Unidos que "han legalizado el consumo de cannabis con fines no médicos", resaltó.

Uruguay legalizó el uso recreacional del cannabis en 2013, en tanto que Canadá legalizó la producción comercial y la venta de cannabis con fines no médicos en 2018. Respecto de Latinoamérica y las drogas, el informe sostuvo que "la fabricación ilícita de cocaína aumentó" en Sudamérica, en particular en Colombia donde crecieron los cultivos ilícitos, lo que ha llevado a repercusiones en el consumo en Europa y Estados Unidos. También destacó un aumento en el decomiso de cocaína en todos los países centroamericanos, en particular en Panamá donde en 2017 se incautaron 66,9 toneladas de esa sustancia, un 12% más de lo registrado en 2016.