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El coronavirus invadió Italia y produjo un colapso en su sistema sanitario, frenó su rueda económica y puso en jaque a toda la sociedad, tanto dentro del país como para quienes tienen raíces azzuras en todo el mundo. Sin embargo, la situación actual no pudo parar algunos movimientos sospechosos en el manejo gubernamental y funcionarios públicos aprovecharon para prevalecer sus intereses. La Usef (Unión Siciliana Emigrados y Familia) en Sudamérica denunció al ítalo-argentino Ricardo Merlo, subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Cooperación Internacional de Italia, por supuesta malversación de fondos.

Merlo presentó una licitación pública en medio de la pandemia para realizar construcciones en la cancillería consular de la Embajada en Montevideo, Uruguay, confirmando la sospecha de querer favorecer a empresas cercanas al funcionario. Un contrato sobre la construcción del consulado de un millón de euros.

En un comunicado, La Usef alertó este movimiento del funcionario italiano poniendo en duda el trabajo en el exterior de Merlo. «Nadie prohíbe a los miembros del gobierno participar activamente de la vida de los respectivos partidos, de los cuales son también dirigentes. Ni siquiera de desarrollar actividades del partido durante sus tareas institucionales. Ahora, otra cosa es utilizar tales roles para promover sistemáticamente y unilateralmente el propio partido o movimiento, sobre todo en presencia de potenciales conflictos de intereses económicos y políticos», manifiesta el texto.

Diarios italianos reflejan el conflicto con Ricardo Merlo

El texto explica los distintos movimientos que realizó Ricardo Merlo, enmarcado en su movimiento político Maie (Movimiento de los italianos en el extranjero), entre los cuales tomó como propio un proyecto presentado por Fabio Porta (del Partido Democrata italiano), que al ser debatido bajo la firma entonces diputado fue votado en contra.

Pero la gota que rebalsó el vaso fue una imagen que Merlo y el Maie divulgó para mostrar el incremento en fondos de asistencia en el exterior. Esta medida, expresa el comunicado, fue «obtenido gracias al trabajo de los parlamentarios del Partido Demócrata» y el trabajo de la Embajada italiana en Montevideo. «Esta acción fue altamente criticada por parte de los representantes de nuestra colectividad en Uruguay», afirmaron desde la Usef.

En este contexto llegó la licitación para la embajada en Uruguay por eso el texto excusa «objetivamente sería difícil también presentar propuestas o trabajar en un proyecto de esta envergadura. Nadie está en contra de ampliar y mejorar las estructuras del servicio consular, estamos en contra de operaciones apresuradas y poco transparentes, que tienen sabor más de propaganda, que de respuesta seria a verdaderas necesidades de nuestros connacionales».

Diarios italianos reflejan el conflicto con Ricardo Merlo

La Usef Sudamerica reclama saber cuánto se va a gastar, el tiempo de obras, proyecto estipulado y modo de operaciones, además del personal que se tendrá que sumar a la sede montevideana. «Frente a todas estas interrogantes esperamos respuestas calmas y con argumentos», manifiesta el comunicado firmado por Salvador Finocchiaro, coordinador de la Unión Siciliana Emigrados y Familia en la parte sur de América.

«Nos lo deben a los italianos que vivimos en el exterior y que esperamos comportamientos honestos y coherentes, marcados de transparencia y lejos de la propaganda», cierra las palabras de la Usef.

Merlo nació en Buenos Aires el 25 de mayo de 1962 y es presidente y fundador del Maie (Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior) y funcionario público. Llegó al poder como representante del movimiento que fundó y luego de relacionarse con representantes de la Liga Norte (derecha italiana), que había llegado a un acuerdo con la izquierda (Movimiento Cinco Estrellas) para que el gobierno de Giuseppe Conte tenga estabilidad política e institucional en su primer mandato. Pero cuando Matteo Salvini, máximo representante de la Liga Norte, abandonó el pacto, Merlo no hizo lo propio en su cargo y acordó con la izquierda.