Mientras el gobierno negocia la deuda externa, con un dólar elevadísimo y la economía en colapso, científicos argentinos desarrollaron un método de testeo de Covid-19 que se realiza por grupos y abarata gastos.

Se trata de un grupo de investigadores en Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de La Plata, que están ensayando la estrategia de hacer pruebas grupales de detección del coronavirus, que se conocen como "pooled testing". El sistema hace más de un mes que se está aplican- do de modo experimental en la provincia de Buenos Aires, donde la pandemia recrudece, especialmente por la densa concentración de habitantes, informó hoy el periódico Página 12. "Es un sistema especialmen- te eficaz para aplicar en instituciones cerradas o semi-cerradas, como geriátricos o neuro-psiquiá- tricos, y donde haya una baja prevalencia de infectados", dijo el médico Roberto Echenique, que integra el equipo investigador. "Hacerle la prueba a una persona tiene un costo de 35 dólares. Con los desarrollos de componentes argentinos (hubo varios), este costo se redujo a aproximadamente la mitad, 18 dólares. Sigue siendo muy caro. Por eso nosotros nos centramos en bajar los costos", contó Echenique. La prueba individual consiste en hacer un hisopado de una persona y poner ese hisopo en un tubito con un líquido especial para preservar el virus (si lo hubiera) o en solución salina, llevarlo al laboratorio y ponerlo en una máquina que hace el test de PCR para detectar el ARN del virus. En el testeo por pool, se hace todo igual hasta llegar al laboratorio. Allí se junta una porción del líquido de varios tubitos, cuatro por ejemplo, y se analizan todos juntos. Si da negativo, quiere decir que las cuatro personas de esa prueba no están infectadas. Si da positivo, una, algunas o todas las personas de ese tubito tienen el virus, y entonces hay que hacer exámenes individuales. "La prueba de PCR es muy sensible y detecta el virus aunque haya una sola persona infectada y se hayan puesto, por ejemplo, 64 muestras. La idea es que se puede llenar la plantilla de tubitos con las muestras de los 32 enfermeros de un servicio, agrupadas de a cuatro", lo que implica una gran reducción de costos, dijo Echenique. Aunque, por supuesto, si hay muchos infectados, el sistema es inútil, porque hay que seguir testeando para conocer la situación de cada uno. Pero en conjuntos con pocos infectados, el ahorro en costos es altísimo.