Haití está viviendo un momento particularmente difícil, caracterizado por una crisis constitucional, política, económica y de gobierno, con un trasfondo de recrudecimiento de la violencia. La trágica realidad fue descrita, en la vigilia del primer aniversario de la partida de las tropas de mantenimiento de la paz en Haití y de la creación de la Oficina integrada ONU, de la representación especial del secretario general de Naciones Unidas para Haití, Helen La Lime.

Ante el Consejo de Seguridad, La Lime declaró que la prioridad es aquella de crear las condiciones que permitan al país romper el estancamiento en el que se encuentra. Haití continúa combatiendo contra el espectro de la inestabilidad y el miedo al futuro es siempre más palpable, sobre todo luego del asesinato del presidente de la orden de abogados de Puerto Príncipe, Montferrier Dorval, dijo La Lime. Dorval, profesor de derecho constitucional fue muerto en el parking de su casa la noche del 28 de agosto.

Las bandas criminales continúan desafiando a las autoridades del Estado, en particular en los barrios populosos de Puerto Príncipe, y un grupo de agentes de policía reunidos bajo en nombre de "Fantom 509" ha causado el caos en la capital en diversas ocasiones. Hasta hoy en este país del Caribe no existe aún un nuevo Parlamento pues las elecciones legislativas y locales previstas para 2019 no se desarrollaron.

El proceso político se encamina en forma lenta desde que el presidente Jovenel Moses comenzó a gobernar Haití con un decreto ejecutivo el 13 de enero de 2020. El nombramiento de un nuevo Consejo Electoral Provisorio por parte de Moses provocó fuertes reacciones negativas. Es urgente, según La Lime, que las instituciones del país "adopten las medidas necesarias para desarrollar elecciones libres, justas e inclusivas organizadas en un clima favorable para reactivar a la economía y finalmente resolver el problema de la impunidad".