Estados Unidos abandonó formalmente el Acuerdo de París, pacto global forjado hace cinco años para evitar la amenaza de un cambio climático catastrófico.

La medida, amenazada durante mucho tiempo por el presidente Donald Trump y desencadenada por su gobierno hace un año, aísla aún más a Estados Unidos en el mundo, pero no tiene un impacto inmediato en los esfuerzos internacionales para frenar el calentamiento global.

Unos 189 países siguen comprometidos con el acuerdo de París de 2015, que tiene como objetivo mantener el aumento de las temperaturas medias en todo el mundo "muy por debajo" de 2 grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit), idealmente no más de 1,5 C (2,7 F), en comparación con los niveles de la era preindustrial.

Otros seis países han firmado, pero no ratificado, el pacto. Los científicos dicen que cualquier aumento de más de 2 grados Celsius podría tener un impacto devastador en gran parte del mundo, elevando el nivel del mar, avivando tormentas tropicales y empeorando las sequías e inundaciones.