Mientras que más de 100 millones de estadounidenses fueron inoculados contra el Covid-19 con dosis producidas por farmacéuticas como Pfizer y Moderna, un equipo de científicos en un laboratorio militar está avanzando para concebir una vacuna del futuro. Para eso, y de manera silenciosa en un laboratorio en las afueras de Washington DC, el equipo de científicos del ejército están realizando pruebas en monos. "Queremos ganar esta batalla, pero también queremos ganar la guerra larga", afirmó el doctor Kayvon Modjarrad, quien lidera el proyecto como director de la rama de enfermedades infecciosas emergentes del Instituto de Investigación del Ejército Walter Reed (WRAIR) en Silver Spring, Maryland. Una vez secuenciado el virus en enero de 2020, Modjarrad y su equipo de 10 expertos desarrollaron una estrategia y comenzaron a trabajar sin parar los siete días de la semana, reduciendo una selección de dos docenas de prototipos a una única vacuna candidata. A lo largo de la última década, Modjarrad también dirigió los esfuerzos de vacunación del Ejército contra el virus del ébola y el Zika, entre otras. Si bien el WRAIR es el instituto de investigación biomédica más antiguo del Departamento de Defensa, la rama especializada en enfermedades infecciosas emergentes aún es joven. "No somos Apple ahora, somos Apple hace 40 años, en el garaje", comparó Modjarrad. A pesar del ritmo frenético de trabajo, Modjarrad, quien co-inventó la eventual vacuna candidata del WRAIR, sabía que no sería la primera en llegar al público. "Esto toma un poco más de tiempo en el diseño y luego en la fabricación", dijo. El experto destacó que, sin bien el mundo de la ciencia logró obtener las vacunas disponibles hasta ahora en un año, "¿cuántos cientos de miles de personas en los Estados Unidos y en el resto del mundo perdieron la vida antes de que la misma estuviera disponible?". "Queremos llegar a un punto en el que la vacuna ya esté disponible, tal vez ya en los brazos de las personas, antes de que ocurra la siguiente variante, la próxima corriente, la próxima especie de coronavirus", afirmó en una entrevista con ABC News. Para eso, su equipo de científicos está tratando de adelantarse en las posibles maneras en que el coronavirus irá desarrollándose hacia otras variantes. Las tres vacunas ya autorizadas para su uso en el país funcionan alimentando las instrucciones genéticas del cuerpo para crear la proteína que se encuentra en la superficie del virus. Una vez que el cuerpo crea la proteína, se alerta al sistema inmunológico y comienza a formar anticuerpos. Es una forma segura de desencadenar una respuesta inmune similar a la que tendría una persona después de contraer el virus real. La vacuna WRAIR omite los pasos de instrucción y creación, llevando la proteína ya formada directamente al brazo junto con un compuesto que estimula el sistema inmunológico, iniciando rápidamente la respuesta de anticuerpos. Modjarrad dijo que los resultados de las pruebas con miles de ratones y decenas de monos han sido prometedoras