La Antártida oficiará de "caja fuerte" que mantendrá a salvo el hielo más antiguo de los Alpes, cuya custodia ayudará a prever el futuro del clima.
Es el objetivo final de la misión "Ice Momory", conducida con éxito en el Monte Rosa, donde un equipo de científicos italianos y suizos trabajaron durante cinco días, a 4.500 metros de altura, sobre el glaciar Gorner -el segundo más grande de los Alpes, de 40 km2- y tomó dos núcleos de hielo de superficiales y dos de más de 82 metros de profundidad. En el segmento más cercano a la roca, la muestra podría contener información sobre el clima de hasta hace 10 mil años.
El campo de investigación fue Punta Gnifetti y si los análisis lo confirman, significaría que en la Antártida se conservará el hielo más antiguo del arco alpino. Se trata de un proyecto conjunto entre el Consejo Nacional de Investigación (CNR) de Italia, las universidades Ca'Foscari Venecia y Grenoble Alpes; el Instituto Nacional Francés para las Investigaciones sobre el Desarrollo Sustentable (LRD); el Instituto Polar francés (IPEV) y el Programa Nacional de Investigaciones en Antártida (PNRA) para las actividades en la estación Concordia, en Antártida.
El objetivo es crear en Antártida una "biblioteca" de hielos: un archivo de muestras procedentes de los glaciares actualmente en período de reducción o desaparición. "La expedición fue un éxito: el equipo extrajo dos núcleos de hielo de más de 80 metros de profundidad desde un sitio muy importante porque mantiene la información del clima y del medio ambiente de los últimos 10 mil años", afirmó Carlo Barbante, director del CNR.
Agregó que el equipo "trabajó bien a pesar de las condiciones muy duras, con días de fuertes vientos y nieve".
"Ahora, este preciado archivo de la historia climática de los Alpes podrá ser conservado para el futuro", anunció. Se trata de la tercera misión de Ice Memory, después de la de 2016 en el Monte Blanco y la de 2020 en el Grand Combin.
Otras expediciones internacionales permitieron poner a salvo los "archivos" de los glaciares Illimani (Bolivia), Belukha y Elbrus (Rusia). Durante la misión, los científicos se alojaron en Capanna Margherita, el refugio más alto de Europa, construido sobre una veta rocosa hace 128 años para contribuir a la investigación científica, primero en fisiología, luego en climatología y ciencias ambientales.
Gracias al apoyo de Refugios Monterosa a este proyecto, Capanna Margherita fue abierto especialmente para alojar a los científicos.
A partir de la segunda mitad de junio abrirá para recibir a los alpinistas.