Entre las tantas curiosidades que acontecen en mi querida Italia, país único donde nació la civilización occidental, encontramos que, su parte más creativa que la distinguió durante miles de años de historia, es su diversidad política, su multi etnia, sus diferencias eternas, mucho más que su bandera tricolor y sentido patriótico. Recuerdo cuando el Presidente Pertini, tuvo que pedir “formalmente” que la selección Azzurra, cuando se tocaba el himno italiano, debía cantarlo! Un italiano se siente más calabrés, más siciliano, más lombardo, más piamontés o más ligure: Italia es una idea que, exclusivamente une a su pueblo en un mundial de futbol.

Desde siempre hubo un choque social, humano, hasta diríamos curioso, entre el Norte y el Sur. Los del sur son llamados “terroni” con desprecio por los del Norte y los del Norte son llamados “testa quadra” con desprecio por los del Sur. Logicamente es un desprecio medido, controlado, hasta un poco romántico, también por el simple hecho que, como el “trabajo” está en el norte, hay millones de sureños que, en los últimos 50 años emigraron al norte para encontrar un trabajo.

Lo curioso es que, hasta con las ciudades se pelean. Matera, considerada Patrimonio de la Humanidad por las principales organizaciones internacionales, tiene la misma distinción que Venecia, naturalmente mucho más conocida. Son dos de las tantas ciudades italianas martirizadas por las catástrofes atmosféricas. Venecia porque, hace siglos, registra, durante algunos períodos del año, la denominada “acqua alta”, cuando, por las lluvias y las mareas del  Adriático, se inunda. La gente, está acostumbrada a baldear sus pisos, sacar el agua de calles, plazas y casas, como sea, sabiendo que, cada año, su terreno se hunde de un centímetro. Ese único centímetro es también el símbolo de la durabilidad de una estructura que sigue en pie hace 800 años, mientras especialistas, técnicos, urbanistas, tratan de detener este hundimiento, como lo lograron con la Torre de Pisa que, ya, no se inclina más: pero con una ciudad entera es extremadamente más difícil.

Entonces llegan las rencillas internas, entre norte y sur, con acusaciones mutuas, denunciando que se defiende una ciudad más que la otra. 

Fue así que en las últimas semanas, con la alerta por mal tiempo, surgió un duro enfrentamiento entre los que defienden Matera, por el terrible temporal que soportó la “Cittá delle Rocce” en 2019, que destruyó mucho y los que, en las redes sociales, defienden Venecia inundada. Una disputa con sabor a enfrentamiento 'Sur contra Norte' y en algunas variables también confrontando algo así como el mal tiempo de izquierda de Matera, ante el adverso tiempo en Venecia que, considerando la Región gobernada por los de la Liga Norte hace años, se convierte en un correcto reclamo de asistencia extra, en las intenciones de los líderes de opinión de la web. Según lo que se lee en las redes como Twitter y Facebook, por parte de la izquierda italiana, hay convicción que Venecia es una ciudad "mimada por la derecha" pero también por la prensa convencional, con recaudación de fondos y continuos llamamientos a "no abandonarla". Esta teoría se difunde entre muchos usuarios, mientras que Matera, a pesar de ser la Capital de la cultura, sigue siendo la Cenicienta  que "defiende la izquierda".

Siempre pensé que Italia, un país más joven que Uruguay, fue, durante milenios, una pequeña Europa, con sus ducados, condados, principados, reinos, invasiones etc. Las que hoy son regiones eran países en continuo conflicto: eran tales los conflictos que se reducían a ciudades como Florencia, donde había Guelfi y Ghibellini, que peleaban para el dominio de la ciudad o las Republicas Marineras de Genova y Venecia que se disputaban el mercado creciente del Renacimiento. Quien unificó, en cierto sentido, la patria como Italia, fue Dante Alighieri que, en el Medio Evo, con la Divina Comedia, le dio un idioma común. Pero, todos los “italianos” tuvimos que esperar hasta 1866 para unirnos bajo una misma bandera. Es por eso que hay 1500 dialectos, 4 idiomas distintos y una diversidad que fue el gran potencial de nuestra tierra.

STEFANO CASINI