Una ley decisiva para la salud de la población, la de etiquetado de los alimentos, corre el riesgo de naufragar en Argentina esta semana, ante la recurrente grieta entre oficialismo y oposición, que también despunta en el Congreso.
Cambiemos -la coalición opositora que en el pasado llevó al liberal Mauricio Macri a ser presidente- endureció su postura frente al Gobierno y deslizó que no daría quórum a la sesión del martes tras la convocatoria del presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Sergio Massa (peronismo de centroizquierda).
El oficialismo busca aprobar esta semana la ley de etiquetado frontal, pues en pocos días perderá estado parlamentario.
En el bloque mayoritario de la oposición consideraron que la convocatoria se trató de una "maniobra antirreglamentaria", pues la notificación de Massa llegó "fuera de horario".
Esa respuesta, según sostiene la prensa local como el portal Infobae, forma parte de una estrategia de endurecimiento frente al gobierno tras los buenos resultados de la alianza opositora en las PASO (primarias abiertas simultáneas) y de cara a elecciones legislativas de noviembre.
El proyecto, aprobado por el Senado, tuvo dictamen favorable de cuatro comisiones, después de más de un semestre de debate, y consiste en obligar que los alimentos y bebidas analcohólicas informen sus nutrientes críticos con una etiqueta octogonal, de color negro y letras blancas, que ocupe al menos el 5% del tamaño del envase.
Se entiende por nutrientes críticos los "excesos" en azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, causales de la mayoría de las enfermedades evitables. Los edulcorantes y la cafeína deberían informarse y aclarar que no es recomendable para niños, niñas y adolescentes.
El mayor inconveniente que afronta el proyecto de ley es que en los distritos del norte del país como Tucumán o Salta creen que la norma podría perjudicar a sus empresas, especialmente a las industrias relacionadas con la producción de azúcar.
"La ley tuvo y tiene apoyo de los distintos bloques.
Llamando a sesión, el oficialismo dio el paso que tenía que dar.
Ahora la responsabilidad está en todos los bloques", afirmó Ignacio Porras, que es director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales (SANAR).
"Hay legisladores que ya dieron dictamen y que no bajaría a dar quórum. Es terrible. Brenda Austin y Gisela Scaglia hace cuatro días estaban exigiendo que el oficialismo pusiera fecha, participando de una movida en redes sociales en favor de la ley", comentó Porras a Página 12.
Diversas organizaciones se movilizarán a las puertas del Congreso para exigir el tratamiento, ante un vacío normativo que desprotege a la población.
"En la Argentina de hoy, no sabemos lo que estamos comiendo ni si esconde algún riesgo. Solo un 13 por ciento de las personas en este país entiende las etiquetas de los alimentos tal cual se las ofrecen", advirtió Porras, con datos de un sondeo del ministerio de Salud.
Normas similares al proyecto de ley ya rigen en varios países de la región, como Chile, Uruguay, Perú, Colombia y México, con impactos positivos en la conducta de los consumidores.
Actualmente, Argentina está rezagada en ese asunto, pues lo único vigente como norma es el Código Alimentario, que "se discute a través de la Conal (Comisión Nacional de Alimentos), organismo empapado de conflictos de interés con la industria.
La nueva norma, dicen los expertos, tendría fuertes implicancias en las etapas de la infancia y la adolescencia, pues los productos con sellos quedarían excluidos de las ventas en las escuelas y de la publicidad dirigida a esos sectores.
Los nutrientes críticos tienen una importantísima influencia en el desarrollo de Enfermedades Crónicas No Transmisibles, que en la Argentina matan a 686 personas por día, según datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (2019).
Se trata de cáncer, hígado graso, diabetes tipo 2, obesidad y enfermedades cardiovasculares, principal causa de fallecimientos en Argentina.
Argentina, en la región, compite con México en el gran consumo de bebidas gaseosas azucaradas. La Encuesta Nacional también revela que solo el 6 por ciento de los argentinos consume la cantidad recomendada de frutas y verduras.