L'ARTICOLO DEL CLARIN:

Momentos de tensión se viven en el Senado de Italia por el caso de Adriano Cario (49). Se trata de un empresario de origen calabrés, nacido en Uruguay y residente en la Argentina, que llegó a la Cámara alta italiana en 2018 como representante de italianos residentes fuera de su país. Lo hizo gracias a una gran cantidad de votos que sumó desde el extranjero, más precisamente desde Buenos Aires.

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El Ministerio Público de Roma certificó recientemente, mediante una pericia técnica, que miles de las papeletas que le dieron una banca en el Senado italiano a Cario fueron falsificadas en la capital argentina.

Sin embargo, la Junta Para las Elecciones del Senado declaró como válida su designación el pasado 9 de noviembre, lo que provocó un gran revuelo en el país.

En medio del torbellino, el próximo 1º de diciembre se pronunciará el Senado, mediante votación secreta, para ratificar o revocar esa decisión.

La denuncia por fraude había sido presentada por los derrotados en los comicios del Partido Demócrata (PD): el candidato a diputado Alberto Becchi y el senador Fabio Porta. Ellos cuestionaron la elección de Adriano Cario, de la USEI (Unione Sudamericana Emigrati Italiani).

La acusación hacía referencia a la presentación anómala de boletas emitidas en al menos 13 de 32 secciones electorales del Consulado de Buenos Aires, donde el voto se expresa de puño y letra al escribir el nombre del partido y del candidato.

Esas irregularidades quedaron demostradas con el informe de una consultoría técnica requerida por el Ministerio Público de Roma. En sólo tres secciones electorales, se encontró que 2.140 boletas fueron falsificadas, consignó el medio local La Reppublica. Y están bajo la lupa los votos emitidos en otras ocho secciones, lo que elevaría potencialmente el alcance del fraude.

Las sospechas se transformaron en evidencias a través de un examen de caligráfico. De ese modo se pudo detectar una caligrafía idéntica en la votación de varias personas, como si una misma persona hubiese escrito el nombre de Cario en cada una de las papeletas. Muchas de esas muestras reflejaron también marcas superpuestas, dejando en evidencia que la letra fue calcada.

En una de las secciones electorales analizadas, un 86% de las tarjetas resultaron anómalas; en otra, lo era un 98%; y en una tercera se determinaron fraudulentas la totalidad de las tarjetas examinadas: todas estaban escritas por la misma mano.

Esos resultados del peritaje de la magistratura de Roma serán transmitidos a la Justicia de la Argentina, país donde se cometió el delito.

Mientras tanto, pese a la evidencia, la Junta de Elecciones e Inmunidades del Senado, órgano parlamentario que se encarga, entre otras cosas, de verificar la legitimidad de las elecciones, desestimó la acusación y validó la elección de Cario. Pero la última palabra la tendrá el Senado, que votará el 1º de diciembre para ratificar o revocar ese fallo.

Esta semana, el periódico La Gente d'Italia lanzó una iniciativa online, en la plataforma change.org, para repudiar la elección de Cario y pedirle al Senado que tome cartas en el asunto. "Es un llamamiento a la vuelta a la legalidad, pero al mismo tiempo para devolver la dignidad a quienes viven y trabajan en el extranjero. No más fraudes, no más votos inútiles", expresa la convocatoria.

Si bien fue electo como parte de la USEI en marzo de 2018, Cario comenzó a tramitar legislativamente con el grupo parlamentario del MAIE, (Movimiento Asociativo de los Italianos en el Exterior) dos meses después. Pero el MAIE aclaró a Clarín que Cario no pertenece a esa fuerza política en ningún nivel y que, además, será apartado del grupo parlamentario ante estas novedades.

La votación en el extranjero, en la mira
La decisión del Senado, sobre ratificar o revocar la elección de Cario, puede marcar un trascendente precedente. Es que los procedimientos de votación en el extranjero fueron varias veces criticados por su vulnerabilidad a errores y fraudes.

Una nota del medio local IlPost.it , en 2018, hizo mención a un posible caso de fraude en Alemania, donde se entrevistó de forma anónima a una persona que aseguró haber comprado más de tres mil votos en la ciudad de Colonia.

Quienes cuestionan la seguridad de los votos en el extranjero indican además que no funciona un método para verificar que quien llene el formulario y lo envíe al consulado sea realmente la persona que corresponda.

Así, en cada ronda electoral hay acusaciones y sospechas contra los "profesionales" del voto en el extranjero —como el entrevistado por IlPost.it— que se dedicarían a comprar papeletas y sobres.

Otro de los focos están puesto en los servicios de correo. Numerosas personas informan no haber recibido el sobre con la papeleta y apuntan a los servicios postales del país de residencia u otros errores cometidos en los consulados italianos.

LGP