por Esteban Valenti

 

Confieso que algunos momentos de nuestra historia política se me pueden escapar, pero desde 1962, que comencé a militar políticamente, hace casi 60 años, y lo que he podido estudiar y analizar de épocas anteriores, desde el 1 de marzo del 2020 por primera vez el Uruguay tiene un presidente que está en campaña electoral permanente. Van casi 20 meses de mucho, muchísimo jarabe de pico.

 

Luis Lacalle Pou no solo gobierna, sino que una parte fundamental de su actividad es mantener la campaña electoral que se suponía había terminado en noviembre del 2019.  Mantenerla en toda la línea.

La lucha contra la pandemia tuvo su punto alto en la comunicación presidencial y de sus allegados. Conferencias de prensa y declaraciones a un ritmo atronador, permanente, con mensajes informativos, políticos e incluso ideológicos. En cada ciclo de la peste, incluso ahora, deben haber agotado hasta al virus.

Sus escuderos fueron por orden: el secretario de la Presidencia Dr. Álvaro Delgado, el Ministro de Salud Pública Dr. Daniel Salinas y bastante más atrás el Presidente de ASSE Dr. Leonardo Cipriani. Y mientras pudo y coincidió en todo con los integrantes del GACH, les dieron voz.

Pero desde al 1 de marzo, nunca nadie en la historia, hizo tantas inauguraciones de cosas de todo tamaño y sobre todo muy pocas importantes y la mayoría como parte de la campaña electoral y para cubrir un gran vacío: el de las obras verdaderas, realmente importantes. Se inauguró de todo y por todos, hasta el ridículo de la entrega de 15 pinitos de plástico anaranjados a un cuartel de bomberos.

El objetivo es bien claro, dar la idea de un gobierno realizador, constructor, más allá de la realidad y de las cifras concretas en materia de infraestructura, donde las únicas obras que mueven la aguja son: UPM2, Ferrocarril Central y viaducto del puerto de Montevideo. Todas ellas iniciadas por el anterior gobierno.

¿Cuántos puentes, carreteras en serio y no desvíos turísticos tardíos y mal planificados, cuantas obras portuarias (que no sean parte de un regalo indefendible y acordado entre gallos y malas noches a los belgas), cuantas escuelas, cuantos centros educativos de cualquier tipo, a no ser la Facultad de Veterinaria que casi no tiene nada que ver con el actual gobierno, cuantos centros hospitalarios, etc etc. se comenzaron y, ni que hablar se terminaron en este periodo?

Hablar, dar discursos, promesas electorales y proyectos fuera de tiempo, muchísimas, pero obras, inversiones realmente muy pocas. Sobre todo si se comparan con la cantidad de declaraciones a la salida de todo tipo de encuentros con la prensa, selfies a troche y moche, y el uso cada día más afinado de las redes sociales. Todas.

Los medios de prensa hemos recibido una verdadera avalancha de noticias sobre cada ladrillo que se mueve, cada proyecto público y privado que se agita y siempre vinculadas al presidente o a algún jerarca.

No es casualidad, no es una urticaria, es una estrategia muy bien pensada, que ofende y defiende.

Están en todo su derecho, reitero lo de una columna anterior, gobernar es comunicar, lo que no quiere decir que a puro pico se puede construir un país de progreso y de justicia.

Algo similar sucede en la defensa de la LUC y se irá intensificando. A veces con la ayuda de algunos defensores del "SI" a la derogación de los 135 artículos, que cortan grueso y consideran que con esas embestidas ayudan a la causa, los oficialistas políticos y sociales, los partidarios del NO celeste, han abundado en manosear la realidad a gusto y gana, sobre todo en temas como la seguridad, la educación y muchos otros.

Van 19 meses de gobierno, es cierto con covid mediante, pero ¿qué les impedía avanzar en una propuesta seria y articulada de las reformas educativas? Nada. Al contrario. Se concentraron en chocar y tratar de amedrentar a maestros y docentes.

El colmo del colmo es que ahora, conscientes de lo poco que se ha hecho en muchas materias, anuncian que un conjunto de planes que tenían archivados los desempolvarán después del referéndum... Debe ser porque son medidas muy populares y de gran aceptación por la gente...

Como el caso de la "transparencia" en el precio del combustible, que es una fantochada en toda la línea y que explotará en toda su profundidad después del 27 de marzo del 2022, después de referéndum. Allí les vendrá una erupción de transparencia y de aumentos.

La relación con los sindicatos es muy similar, desde hace una semanas todos los días un jerarca del gobierno la emprende contra los sindicatos. La Universidad Católica (UCU) registra en su observador que nunca, ningún gobierno post dictadura tuvo menos conflictos sindicales. Yo agregaría que además de chocar impertérritos contra la realidad, la verdad es que causas para tener una ola de conflictos sindicales sobrarían, alcanza con ver la situación de los salarios. Lo básico, lo primero. Y primó la más absoluta responsabilidad sindical. No la tuvo ningún gobierno del FA. Para que tomen nota muchos charlatanes.

Comparen uruguayos, comparen con lo que sucede en medio mundo, con números y movilizaciones sindicales muy diferentes en todo el planeta a las de Uruguay.

Ahora la campaña electoral perpetua se trasladó al tórrido Congo, y en unos pocos meses irá hacia la gélida Antártida. Y correrán horas y horas de informativos, páginas de diarios y semanarios y radios a granel. Plena campaña electoral bis.

Esperemos que la misma sensibilidad y un poco de equilibrio se lo permitan a los defensores rosados del SI, sobre todo ahora que habrá tres presidentes de la república, encabezando la batalla por el NO, el moderno Julio María Sanguinetti, Luis Lacalle Herrera y Luis Lacalle Pou. ¡Que delantera!