La comunidad de inteligencia de Estados Unidos, por pedido del presidente, Joe Biden, convirtió la evaluación del estado mental del mandatario ruso, Vladimir Putin, en una prioridad absoluta.
La Casa Blanca busca establecer de qué manera el estado mental del ruso está afectando su manejo en la invasión de Ucrania, según dos fuentes familiarizadas con el proceso.
Estos esfuerzos se producen a medida que los observadores de Putin especulan públicamente que su comportamiento se ha vuelto cada vez más errático e irracional.
Desde que lanzó la invasión sobre Ucrania el miércoles pasado, altos funcionarios estadounidenses pidieron a las agencias de inteligencia que recopilaran toda la información que pudieran sobre cómo se encuentra el líder ruso.
El objetivo es determinar cómo su mentalidad se ha visto afectada por la inesperada respuesta unificada y dura de los vecinos europeos y los aliados de todo el mundo.
La comunidad de inteligencia estadounidense lleva décadas intentando descifrar al antiguo oficial de la KGB, que gobierna Rusia desde 1999.
Si bien Estados Unidos tiene un enorme conocimiento institucional sobre el hombre fuerte del Kremlin, tiene al mismo tiempo una visión notoriamente pobre de su toma de decisiones cotidiana.
El Kremlin sigue siendo lo que los funcionarios de inteligencia llaman un "objetivo difícil", increíblemente complicado de penetrar mediante el espionaje tradicional.
Pero el repentino interés refleja la sensación entre algunos funcionarios de inteligencia de que la toma de decisiones de Putin en Ucrania ha estado fuera de lo normal, quizás debido a lo que algunos informes de inteligencia sugieren que es consecuencia del aislamiento prolongado durante la pandemia de Covid-19.
"Todo lo que tiene Estados Unidos está en el ámbito de las conjeturas porque las decisiones y declaraciones de Putin no parecen tener sentido", dijo una fuente familiarizada con los recientes informes de inteligencia sobre el tema.
"Durante años, décadas, Putin ha actuado según un modelo bastante específico", añadió.
En una sesión informativa clasificada la noche del lunes para legisladores, Avril Haines, la directora de inteligencia nacional, dijo que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos no tiene una buena percepción del estado mental de Putin.
El senador republicano Chuck Grassley, de Iowa, que asistió a la sesión informativa en el Senado, confirmó que se había hablado del estado mental de Putin, pero no quiso dar más detalles sobre lo que se había compartido.
Sin embargo, dijo que, independientemente de la sesión informativa, él personalmente está preocupado por la forma de pensar de Putin.
Una fuente que está detrás del informe dijo al FBI que Putin "expresó su extrema ira" por las sanciones occidentales puestas en marcha en respuesta a su ataque a Ucrania.
Putin "sintió que las sanciones habían escalado la situación más rápido de lo que esperaba y más allá de lo que consideraba apropiado", señaló la fuente