La falta de acuerdo entre las naciones que integran la ONU sobre el tratado para proteger la vida marina, deja a la protección de la biodiversidad en dos tercios de las zonas oceánicas del mundo que están fuera de las jurisdicciones nacionales en una situación gris.
Las conversaciones se centraron en cómo compartir los beneficios de la vida marina y en el establecimiento de áreas protegidas.
Diplomáticos de todo el mundo no lograron llegar a un acuerdo sobre un tratado de las Naciones Unidas diseñado para proteger la vida marina en alta mar, después que una quinta ronda de conversaciones terminara en un callejón sin salida.
Las negociaciones en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York fueron suspendidas a primera hora de este sábado luego de dos semanas de conversaciones que los ambientalistas esperaban que cerraran una brecha en las medidas internacionales de protección marina.
Un tratado propuesto buscaba establecer normas para proteger la biodiversidad en dos tercios de las zonas oceánicas del mundo que están fuera de las jurisdicciones nacionales.
Las conversaciones se centraron en cómo compartir los beneficios de la vida marina, establecer áreas protegidas, prevenir los daños causados por la actividad humana en alta mar y ayudar a los países pobres a adquirir las habilidades y los medios para la exploración oceánica.
Los activistas expresaron su decepción por la falta de acuerdo, pero dijeron que las conversaciones produjeron algunos avances.
Laura Meller, que dirige la campaña de protección de los océanos de Greenpeace, acusó hoy a países ricos como Estados Unidos de ser demasiado lentos para comprometerse con la crisis ambiental.
"Rusia también ha sido un bloqueador clave en las negociaciones, negándose a participar en el propio proceso del tratado o intentando comprometerse con la Unión Europea y muchos otros estados en una amplia gama de cuestiones", dijo Meller.
Las conversaciones se reanudarán el próximo año a menos que se convoque una sesión especial de emergencia antes de finales de 2022.
La subsecretaria de Estado de Estados Unidos, Monica Medina, también expresó su decepción, pero intentó defender la posición de Estados Unidos.
Medina se manifestó esperanzada en que el trabajo realizado hasta ahora continuará.
Aseguró que los Estados Unidos siguen comprometidos con el objetivo de proteger al menos el 30% de los océanos del mundo para 2030.
"No podemos dejar que las mareas y las corrientes nos empujen hacia atrás. Debemos seguir adelante", reclamó Medina.