Gente d'Italia

Un Comité reincidente vota en contra de la existencia de “Gente d’Italia” en Uruguay

 

 

MONTEVIDEO (Gente d'Italia/Matteo Forciniti) - Este diario no existe para 11 concejales del grupo de Aldo Lamorte. Libertad de información bajo ataque, duras protestas de la oposición.

 

Habrían tenido que responder tres preguntas muy simples una vez más, como el año pasado, pero en cambio cayeron nuevamente en la farsa habitual. Lo ocurrido la noche del lunes en la Casa degli Italiani de Montevideo fue otro triste espectáculo de un Comité doblegado a los deseos del patrón, deformado y humillado en su papel de órgano representativo que trata de callar la boca como en las dictaduras de un periódico gratuito culpable, únicamente, de haber hecho y sólo de hacer su trabajo.

Después de varios meses de inactividad, los Comités se reunieron de nuevo para discutir cómo la ley sobre publicaciones prevé una opinión "NO VINCULANTE" sobre la contribución debida, como para todos los periódicos italianos, a Gente d'Italia.Todo salió como se esperaba, el guión ya había sido escrito, este periódico todavía no existe para ellos, no es una historia autorreferencial que contamos sólo porque nos atañe personalmente, es algo mucho más grave puesto que pone en juego el sentido mismo de la representación como además de amenazar la libertad de información.

Bastaba leer detenidamente lo que dice la ley sobre edición, unas simples líneas para entender en base a lo que este organismo está llamado a opinar, repetimos, “no vinculante” que por 24 años y hasta dos años. Hace siempre ha sido positivo y pregunta: ¿Se vende el periódico en los quioscos? ¿Los contenidos están escritos en más del 50% en italiano? ¿El periódico circula y es apreciado por la comunidad italiana en el país?

Esas son las tres únicas preguntas que debieron motivar el voto de los concejales que prefirieron en cambio desandar el camino de la venganza con un nuevo intento de censura que busca empañar la labor de un grupo de periodistas de cuya integridad habla la historia.

El artífice de esta maniobra se llama Aldo Lamorte, el político en constante búsqueda de un sillón de Italia a Uruguay siempre dispuesto a subirse a la ola. Mientras se filmaba cometiendo un delito en las últimas elecciones italianas al votar con el sobre de otra persona, este diario hacía lo que siempre ha hecho: contar los hechos, incluso los más incómodos que llevaron, entre otras cosas, al político a enfrentarse a la justicia.

Pero lo más increíble es que en el frenesí de los Comités Lamorte logró arrastrar a un puñado de personas a Pascual Micucci, Patricia Bardini, Antonela Conte, Mario Darino, Angelina Coronato, Roberto Mezzera, Maria Costanza Melloni, Silvana Goñi, Eduardo Supparo y Jorge Catiglia. : estos son los nombres de los directores del grupo Maiu que obedecieron el dictado del líder maximo para tratar de castigar a uno de los pocos periódicos italianos en el extranjero todavía en circulación. La duda, sin embargo, permanece: ¿por qué diez personas, todas representantes de ciudadanos italianos en Uruguay, están dispuestas a ser humilladas públicamente para cumplir las órdenes de su jefe? ¿Estas personas entienden el idioma italiano -que intentaron abolir hace unos meses con un golpe lingüístico- o votan lo que les dicen que voten? Obviamente ambas hipótesis son dramáticas.

Algunos de estos concejales (Bardini, Micucci, Conte, Darino y Coronato) tienen caras como ya que en los últimos años aparecían sonrientes en las páginas de este periódico para promocionar las actividades organizadas por sus asociaciones. No se sabe por qué estas personas han cambiado de opinión y hoy son falsas, lo que implica que el periódico que les dio un amplio espacio ya no existe.

A diferencia del año pasado en el que se criticó incluso la línea editorial, esta vez la justificación de la mayoría de Comites fue mucho más absurda: “El diario no cumple con las condiciones establecidas por el artículo 18 párrafo 1 de la ley editorial de 2002”. Estas son las únicas palabras pronunciadas sin ninguna explicación, sin ninguna respuesta a las preguntas de los otros directores. Esta justificación deja en duda si vino de arriba o si fue el resultado de las habilidades de personas con evidentes carencias lingüísticas en italiano que de repente se convirtieron en expertos en materia legislativa. Pero que en todo caso no les corresponde a ellos decidir si el periódico reúne o no los requisitos para ser admitido a la cotización, sólo tenían que votar los tres puntos: ¿existe? ¿Se vende en los quioscos? ¿Está escrito en italiano? Circula en la comunidad?

Imbuida, la oposición de Comites quiso desmarcarse de este innoble intento de censura votando otra moción de apoyo-verdad al periódico con 8 votos.

“A menudo he sido crítico con Gente d'Italia, pero votar negativamente en la opinión es una señal muy peligrosa para la democracia. No podemos aceptar aprobar la eliminación de un periódico que es fundamental para la comunidad más allá de las críticas”, dijo el regidor Rolando Rossi.

En nombre de la lista de Unitalia, el concejal Alessandro Maggi leyó como conclusión una carta de protesta dirigida a varias autoridades italianas por el ataque lanzado por los Comités y la Embajada para cerrar este periódico con sus informes negativos falsos y engañosos enviados al Departamento de Información. Carta también firmada por muchas asociaciones de la comunidad en Uruguay. Maggi también pidió a la Dirección de Gente d'Italia que la publique.

La pelota pasa ahora a la Embajada: ¿apoyará el nuevo intento de censura como lo hizo el año pasado o restaurará el orden de las cosas y la verdad?

Sin embargo, que quede claro para todos, si estos señores creen que nos pueden callar, están equivocados. Todos seguiremos denunciando las cosas que están mal, y en particular la falta de personal para la emisión de pasaportes y ciudadanías, cualquier cosa pero todo está bien Madame la Marquesa como embajadora y la mayoría de los comités quieren que creamos. Porque la verdad está aquí: no quieren que denunciemos el descontento de la comunidad con el funcionamiento de la representación diplomático-consular en Uruguay. No quieren que sepamos que tenemos que esperar, ojalá meses o años, para una cita en el Consulado. ¡No! No quieren denunciar como este periódico hizo el fraude electoral pasado (Cario-Porta docet) y futuro (Lamorte y Maie).

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