El gobierno de Nicolás Maduro despliega miles de funcionarios para controlar el precio del bien más volátil en el país: el dólar, al tiempo que ordena a productores y empresarios bajar los precios de la carne y de otros bienes esenciales.
La Superintendencia de los Derechos Socioeconómicos, que depende del ministerio de Comercio Nacional, desplegó sus fiscales a en todo el país para verificar el uso y cobro de la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV).
Esa tasa está en 97,31 bolívares por dólar para el martes 3 de junio, después del feriado bancario del lunes.
Supone que arranca el mes con un aumento de precio del dólar de 86% respeto al 2 de enero.
Eso se traduce en una devaluación oficial del 46% en el bolívar, la malograda moneda venezolana.
Pero, hay una brecha de casi el 40% en el tipo de cambio paralelo, que la semana pasada estaba entre 130 y 140 bolívares por dólar, lo que crea distorsiones adicionales en los precios.
En un país dolarizado y que depende de importaciones para mover su economía, el tipo de cambio tiene un impacto directo en los precios, y la inflación se proyecta por encima del 220% este año.
En medio de una crónica escasez de divisas y una caída en los ingresos por exportaciones petroleras, el gobierno de Maduro atribuye la devaluación y la inflación a un ataque tramado por su archienemiga María Corina Machado y el resto de la "ultraderecha apátrida".
De esta manera, ha encarcelado a más de 25 operadores cambiarios, incluyendo a una joven que portaba 20 dólares en efectivo, acusados de promover un mercado cambiario paralelo artificial para destrozar la economía nacional.
La tasa del dólar paralelo es desde hace años la principal referencia para la fijación de precios relativos de bienes y servicios, por parte de la gente común y las empresas.
Mientras tanto, la vicepresidenta del país, Delcy Rodríguez, ministra de Hidrocarburos y máxima responsable del manejo de la economía después del propio Maduro, dijo que ha establecido un diálogo con los sectores productivos y comerciales.
"Revertimos las tendencias especulativas detectadas en algunos productos y seguimos trabajando para garantizar el acceso de nuestro pueblo a precios justos", dijo la ministra.
Agentes económicos expresan su temor de que regresen los férreos controles de cambio, de precios y tarifas que en el pasado reciente fueron usados como principal e inútil estrategia para contener la que fue la última gran hiperinflación en el mundo en las últimas dos décadas.
"Hemos estado sentados con los sectores productivos porque había tendencias especulativas en algunos productos. Hoy podemos decir que hemos alcanzado precios acordados", dijo Rodríguez al afirmar que han logrado reducirlos entre un 40% y 60%, incluyendo los de huevos, pollo, carnes y grasas.