Visitar un pueblo siciliano significa vivir una experiencia inmersiva con los cinco sentidos en alerta máxima: en un pueblo encaramado en las Madonie o cómodamente enclavado junto al mar, se mira, se saborea, se toca, se huele y, sobre todo, se escucha: voces de la tierra y del agua, relatos comunitarios, sonidos ancestrales que quizá cobran vida en una cueva de tiza donde se cuentan historias de reyes, damas y brillantes inventores.
Cinco sentidos, por supuesto, pero un pueblo siciliano va más allá, y los visitantes lo saben, tanto que el aumento del turismo -y no solo en los tradicionales meses de verano- es tangible: más del 7 % solo el año pasado.
El entusiasta busca el callejón florido, la familia que pone la mesa con productos caseros, el "albergo diffuso" (el hotel popular): una palabra para todos, una que suele llenar la boca, pero que en los pueblos sicilianos no debe perderse: una experiencia de 360 grados.
En los últimos años, Sicilia ha confirmado su posición como tierra de fuertes tendencias en turismo rural, con el foco puesto en pequeños pueblos ricos en historia, arte y autenticidad.
Y la confirmación más evidente está precisamente en el concurso de la Rai Il Borgo dei Borghi (Pueblo de los pueblos): este año, el ganador fue el centro histórico barroco de Militello Val di Catania, siete mil habitantes, 21 iglesias y un reconocimiento de la UNESCO desde 2002 con el Val di Noto.
Es solo el quinto reconocimiento en orden cronológico, dado que el título de Borgo dei Borghi ya lo obtuvieron Gangi (2014), Montalbano Elicona (2015), Sambuca di Sicilia (2016) y Petralia Soprana (2018).
Esta victoria ya ha tenido un impacto tangible. El alcalde de Militello, Giovanni Burtone, habla de una afluencia creciente, "un torrente de visitantes para los fines de semana de primavera".
La Región de Sicilia promueve este éxito como un impulso para un turismo sostenible y con conciencia cultural. Sin embargo, se espera que todo el Val di Noto -incluyendo Módica, Ragusa, Noto y Caltagirone- experimente un aumento del 10 % en las pernoctaciones en alojamientos no hoteleros (hostales, posadas y casas de familia) en 2024.
Estos alojamientos, entre otros, crecieron un 15 % entre 2022 y 2025, gracias a una demanda cada vez más centrada en experiencias auténticas. Montalbano Elicona (Mesina), el "Borgo dei Borghi", también experimentó un crecimiento continuo (+5%) en 2015.
Aproximadamente 40.000 visitantes visitaron Petralia Soprana (Palermo), galardonada en 2018, mientras que Buccheri (Siracusa), a pesar de no ganar, recibió el premio al "mejor destino culinario" en 2021 y se ha centrado en el agroturismo, que ha experimentado un crecimiento del 20%.
Los pueblos se describen no solo a través de sus piedras, sino también a través de sus sabores: desde los pistachos de Bronte hasta el aceite Monti Iblei, desde los quesos hasta los dulces Pat, cada producto se convierte en inspiración y una auténtica experiencia.
La red Borghi dei Tesori, creada en 2021, reúne a unos setenta pequeños municipios de las nueve provincias sicilianas en un único proyecto de regeneración territorial bajo el auspicio de Vie dei Tesori, una de las mayores redes de promoción del patrimonio cultural y paisajístico.
Cada año, esta conexión se intensifica mediante visitas a sitios culturales, rutas gastronómicas y enológicas, y encuentros con comunidades y artesanos locales.
La clave reside en una oferta específica, pero variada: cada itinerario (este año, durante los fines de semana festivos de primavera) siempre se desarrolla entre iglesias, museos, antiguos monasterios y tradiciones, pequeños restaurantes con encanto y talleres artesanales.
Y los jóvenes están regresando: tanto la diversa comunidad de nómades digitales que eligen lugares que ofrecen una alta calidad de vida (naturaleza, precios asequibles, buena comida y la ausencia del estrés metropolitano), combinada con la posibilidad de teletrabajar, como muchos jóvenes, inicialmente obligados a abandonar la región para estudiar o trabajar, que ahora han decidido intentar revitalizar negocios familiares, quizás reinventados para el tercer milenio; y están impulsando nuevas inversiones y economías locales sólidas, gracias en parte a los incentivos regionales.