Aumenta la alarma en Venezuela ante el avance del mayor despliegue militar estadounidense en décadas en el Caribe, que incluirá siete buques de guerra, dos submarinos nucleares y aproximadamente 9 mil soldados.
Y aunque el Pentágono insiste en que el objetivo de la operación es combatir los cárteles de la droga y las redes criminales, no se le escapa que Guyana, país con el que Caracas mantiene una importante disputa por el territorio del Esequibo, celebrará elecciones generales el 1 de septiembre.
Para esta zona de poco menos de 160.000 kilómetros cuadrados, donde la petrolera estadounidense ExxonMobil extrae aproximadamente 650.000 barriles de crudo al día, Georgetown ya ha planificado una mejora de la seguridad, tras un entrenamiento conjunto con las fuerzas militares estadounidenses en los últimos meses.

 

Y la presencia estadounidense sin duda cumple una función disuasoria.
En medio de la creciente tensión, Nicolás Maduro ha denunciado que Estados Unidos prepara un plan de agresión militar contra Venezuela.

El heredero de Hugo Chávez afirma que la ofensiva naval de Washington es un pretexto para un cambio de régimen y advirtió que responderá con dignidad a cualquier provocación, consiguiendo de inmediato el apoyo de Irán y Cuba.
En los últimos días, Caracas ya había anunciado la movilización de 4,5 millones de milicianos para la defensa integral del país, y en las últimas horas, el ministro de Defensa, Padrino López, en un video publicado en redes sociales, describió un plan contra la mafia.
Este incluye patrullajes con embarcaciones de mayor tamaño en el norte, así como la protección de los principales ríos del oeste, en particular en la frontera con Colombia, con el despliegue de 15.000 soldados y el uso masivo de drones con múltiples misiones, helicópteros y sistemas de vigilancia e inteligencia.
Mientras el gobierno de Caracas también apela al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, para que "restablezca el sentido común", analistas militares de la región ven con preocupación la situación y advierten que la magnitud del despliegue recuerda episodios como el incidente del Golfo de Tonkín, que derivó en una escalada militar en Vietnam, o la invasión de Panamá, cuando Estados Unidos derrocó a Manuel Noriega, también acusado de narcotráfico.