Las víctimas de mordeduras de serpientes son una emergencia para la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lanzó su primer plan para contrarrestar este fenómeno, que involucra a cerca de tres millones de personas al año. Las serpientes, según la entidad, causan una 138 mil muertes por calendario. El objetivo de la campaña es reducir a la mitad el número de muertos o infectados para 2030. La semana pasada, el British Wellcome Trust anunció el aporte de 100 millones de euros, también para probar nuevos medicamentos contra el veneno de los ofidios.

La ONG Médicos Sin Fronteras afirmó ser "cautelosamente optimista" sobre la estrategia de la OMS, y se esperanzó en que pueda convertirse en un "gran avance" para abordar el problema, incluido el acceso global a tratamientos contra el envenenamiento por mordeduras de serpientes, entre otras cosas". Además de matar a unas 138 mil personas al año, las serpientes dejan a otras 400 mil con graves lesiones, dijo David Williams, el médico que impulsa el programa de la OMS.

La estrategia de la OMS incluye un nuevo antídoto, pero también pretende despertar la conciencia mundial sobre esta terrible plaga, que afecta mayormente a ciertas regiones de Africa, Sudeste Asiático y América Latina, donde la mortalidad se puede reducir un 50 por ciento. La OMS "lleva tres años trabajando en posibles antídotos y está ya terminando sus últimas evaluaciones", dijo. La distribución de los antídotos es fundamental, pero también es muy importante prevenir los propios ataques de estos reptiles, que muerden a unas 7.400 personas al día en todo el mundo, dicen los expertos.

El plan de la OMS tiene cuatro ejes: almacenar antídoto suficiente en las zonas que lo requieran; promover planes de acción en las comunidades afectadas; reforzar el sistema sanitario y facilitar la cooperación entre gobiernos y fabricantes para asegurarse de que sólo se manejarán productos eficaces. Se calcula que entre el 70 y el 80% de la gente atacada lo es en la parte inferior de la pierna, y ello mientras están trabajando o usando una letrina improvisada en el campo durante la noche.