Será beata la misionera peruana Sor María Agostina Rivas López, conocida como Aguchita (en el mundo Antonia Luzmila), religiosa profesa de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, asesinada por Sendero Luminoso en medio de su labor con indígenas amazónicos.
Nacida en Coracora (Perú) el 13 de junio de 1920 y muerta por odio a la fe, en La Florida (Perú) el 27 de septiembre de 1990, fue la primera monja asesinada deliberadamente por esa agrupación guerrilla maoísta peruana.
El Papa autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a emitir el decreto reconociendo el "martirio" de Sor Aguchita.
La misionera había optado por estar cerca de los pueblos indígenas del Amazonas, a pesar de los peligros en la zona en la que se desempeñaba, producto de conflictos entre las fuerzas armadas y los revolucionarios.
Relizaba su misión pastoral junto al pueblo ashaninka en la selva central del Perú y en los años que estuvo en La Florida, en el Vicariato de San Ramón, en la zona selvática, trabajó, junto a su comunidad religiosa, ofreciendo asistencia en salud, educación, brindando alimentos, alfabetizando principalmente a mujeres y capacitándolas productivamente, organizando clubes juveniles y catequesis familiar en las comunidades rurales.
Su labor se centraba sobre todo en las comunidades ashaninka del Valle del Perené, una comunidad de unas 55.000 personas, un pueblo indígena profundamente afectado por la guerra interna entre el gobierno y Sendero Luminoso, que se hizo más intensa a partir de finales de los años 80.
La meta de Sendero Luminoso era reemplazar las instituciones peruanas, que consideran burguesas, por un régimen revolucionario campesino comunista, presumiblemente iniciándose a través del concepto maoísta de la Nueva Democracia.
En 1980, se desató la época del terrorismo en Perú del cual participó como principal agente el terror hasta la captura de su líder, Abimael Guzmán Reynoso en 1992, tras lo cual solo ha tenido actuaciones esporádicas.
La ideología y tácticas de Sendero Luminoso han tenido influencia sobre grupos insurgentes de corte maoísta como el Partido Comunista de Filipinas y organizaciones afiliadas al Movimiento Revolucionario Internacional.
En la audiencia de esta mañana en la Santa Sede, con el cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el papa Francisco reconoció su martirio, del que fueron testigos muchos de los presentes que la vieron morir.
La elección de los guerrilleros debía recaer en la Superiora de la Congregación, al no encontrarla se llevaron a Aguchita.
En 1990, la misionera había regresado durante unos meses a Lima a la espera de ser operada de cataratas, pero dado que la intervención se retrasaba decidió volver a la selva, donde sentía que estaba su misión.
El 27 de setiembre de 1990 los terroristas de Sendero Luminoso entraron en La Florida y reunieron en la plaza a todo el pueblo. Tras una larga arenga dieron muerte a seis personas, entre ellas a la hermana Aguchita, culpable de mejorar las condiciones de vida de los pobladores, lo dificultaba pretendida revolución de los terroristas