Estados Unidos, la Unión Europea y la Alianza del Atlántico Norte (OTAN) lanzan una dura embestida contra China, a la que acusan, sin vacilaciones, del ataque cibernético contra Microsoft.

La administración del presidente estadounidense, Joe Biden, se prepara para acusar formalmente al gobierno chino por ese ciberataque, según reportaron hoy los medios de prensa estadounidenses citando fuentes gubernamentales, según las cuales Estados Unidos se organizará con un amplio grupo de aliados, incluidos miembros de la OTAN, para condenar a Pekín por los ciberataques en todo el mundo.

"Estados Unidos y otros países del mundo responsabilizan a China por su actitud irresponsable, destructiva y desestabilizadora en el ciberespacio, que representa una amenaza para nuestra economía y seguridad nacional", afirmó el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken.

El ataque a Microsoft se identificó en enero pasado y fue rápidamente atribuido a ciber-espías chinos a través de grupos privados.

Un miembro del gobierno estadounidense dijo que no se había atribuido antes a hackers afiliados al ministerio chino de Seguridad Estatal debido en parte al descubrimiento de las operaciones de ransomware y con fines de lucro, y porque el gobierno quería acompañar el anuncio con recomendaciones para las empresas sobre tácticas empleadas en los ataques chinos.

"Un grupo sin precedentes de aliados y socios, incluidos la Unión Europea, Gran Bretaña, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Japón y la OTAN, se unen a los Estados Unidos para criticar la ciberactividad maliciosa de China", acotó otro funcionario de la administración estadounidense, subrayando que "es la primera vez que la OTAN condena las actividades cibernéticas de China".

Estados Unidos y sus aliados condenan enérgicamente a China por sus actividades cibernéticas "dañinas" y su "comportamiento irresponsable en el ciberespacio", que es "incompatible con su objetivo declarado de ser un líder responsable en el mundo".
Estados Unidos, la Unión Europea, Gran Bretaña, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Japón y la OTAN están unidos contra esta amenaza, dijo el funcionario estadounidense, acusando a Pekin de "utilizar piratas informáticos con delincuentes para realizar operaciones de TI (tecnologías de información) no autorizadas a nivel mundial, incluso beneficio propio".

Según publicó en marzo The Wall Street Journal, el ciberataque a Microsoft pudo haber afectado a unos 250.000 sistemas informáticos en todo el mundo.
También fueron víctimas del ataque la Autoridad Bancaria Europea, el Parlamento noruego y la Comisión del Mercado Financiero de Chile.