ARGENTINA (Infobae) - La obra pública demandará una inversión total de USD 1807 millones y se desarrollará entre 2022 y 2025; cuáles serán los beneficios del emprendimiento.

El gobierno construirá un nuevo gasoducto, denominado Presidente Néstor Kirchner, que permitirá abastecer gradualmente con gas nacional las demandas del norte, actualmente cubiertas con gas de Bolivia.

La obra demandará una inversión total de USD 1807 millones, en dos tramos: el primero (Tratayén-Saliquelló) de USD 1145 millones y el segundo de USD 662 millones, hasta San Jerónimo.

Las fuentes de financiamiento de estas obras, que se desarrollarán entre 2022 y 2025, serán el presupuesto nacional y parte de los ingresos del impuesto a las grandes fortunas.

Con las obras complementarias, la inversión pasa a USD 2096 millones, según las cifras oficiales.

Fuentes oficiales explicaron que el emprendimiento, que realizarán YPF y Enarsa, "es un componente medular del conjunto de obras tendientes a ampliar la capacidad del sistema de transporte y gas y a optimizar su utilización".

Con sus obras complementarias permitirá "aprovechar la capacidad disponible en la infraestructura de TGS y TGN y poner en valor el GNEA, al llegar a San Jerónimo con 20 milímetros cúbicos diarios, lo que permite el abastecimiento del Litoral y el Noreste, históricamente postergado, ya que aún no cuentan con acceso a la red de gas o son abastecidas por propano".

Además, permitirá "consolidar la interconexión de los sistemas de transporte existentes, dotando de mayor confiabilidad y seguridad al suministro de las demandas actuales del Anillo de GBA y de la zona de los tramos finales del sistema de TGN entre Cardales y el Anillo GBA".

También, permitirá disponer de "caudales de gas provenientes de yacimientos de las cuencas Neuquina, Golfo San Jorge y Austral, actualmente transportados por capacidades disponibles de los sistemas Neuba I, Neuba II, San Martín y Tramos Finales, como por las generadas por la nueva infraestructura a construir".

Además, se podrá abastecer "el mercado interno de forma confiable y competitiva, sustituyendo totalmente, en una primera etapa, el GNL importado en Bahía Blanca y el uso de combustibles líquidos o Escobar, en una etapa final".

A su vez, reducirá "el costo de abastecimiento de la demanda nacional, con un efecto claro de sustitución de importaciones que repercute favorablemente tanto en la balanza comercial como en los subsidios energéticos".

En este sentido, se podrá "escalonar la obra ajustándola a las necesidades de la demanda y disponibilidad de gas, dado que se trata de un proyecto modular y contar con una traza central estratégica, reforzando el suministro al área GBA y Litoral con gas natural local mediante ampliaciones eficientes, así como el abastecimiento de la Patagonia y Bahía Blanca sin necesidad de obras adicionales".

También, tornará viable "la exportación regional al norte y centro de Chile, a Brasil y al mercado internacional de GNL (a localizarse en Bahía Blanca)" y potenciará el consumo de gas en el polo petroquímico de Bahía Blanca, "viabilizando inversiones en un sector de alto valor agregado".

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