Cuando el papa Francisco comenzó su pontificado, en el que la preocupación ambiental es un tema central, el Vaticano estaba a punto de convertirse en socio de un proyecto para la extracción petrolera en Angola.
El dato se conoció hoy durante el testimonio de Fabrizio Tirabassi, ex funcionario de la oficina administrativa de la Santa Sede, en el marco del proceso que se desarrolla sobre la gestión de fondos de la Secretaría de Estado Vaticana.
La operación, que fue evaluada durante alrededor de un año y medio, finalmente no se completó porque no se consiguieron las suficientes garantías a nivel bancario.
Tirabassi recordó que del proyecto, llamado Falcon Oil, se comenzó a hablar a finales de 2012, cuando el entonces sustituto para los Asuntos Generales del Vaticano, monseñor Angelo Becciu, pidió evaluar la propuesta del empresario angoleño Antonio Mosquito.
Por su experiencia de ocho años como Nuncio Apostólico en Angola, Becciu presentó a Mosquito como "un benefactor de la nunciatura".
Recibido en la Secretaría de Estado, Mosquito propuso a la Santa Sede considerar una inversión en el sector petrolero en su país, ante lo cual el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, invitó a sus funcionarios a "evaluar la cuestión en su totalidad".
Para explorar la factibilidad de la inversión, la Santa Sede pidió también el consejo del ENI, el ente petrolero italiano, que en esa momento era el propietario de la plataforma que debía realizar la extracción en el yacimiento y poner a disposición su tecnología.
También participa de la operación la Sonangol, una empresa petrolera angoleña. En sustancia, la Santa Sede se le proponía adquirir el cinco por ciento de la empresa que realizará las extracciones, una inversión de 250 millones de euros.
Consultado sobre por qué no avanzó la operación, el ex funcionario del Vaticano recordó que, además de los problemas técnicos de la operación, mientras se evaluaba esta inversión el Papa Francisco preparaba su encíclica Laudato Si, de una fuerte impronta ambientalista.
En Angola, "la extracción de petróleo es dañina para el ambiente, y a mí, como un simple funcionario, me resultaba asombroso que se avanzara con este proyecto y se preparara la encíclica Laudato Sí", dijo Tirabassi.
Finalmente, con la llegada de monseñor Petro Parolin a la secretaría de Estado el proyecto se descartó "por la falta de seguridad en el plano económico y de garantías colaterales. Si no, lo hubieran puesto a la firma del Santo Padre", concluyó el ex funcionario de la Santa Sede.