POR MANUELA TULLI
La Iglesia católica tiene veinte nuevos cardenales elegidos de todos los rincones del mundo, desde Brasil hasta India, desde Timor Oriental hasta Corea del Sur, desde Francia hasta Estados Unidos.
De hecho, el Papa los llamó no por el tamaño de sus diócesis ni por el peso que tiene la Iglesia católica en sus países sino que quiso poner de relieve, una vez más, realidades muchas veces al margen del mundo.
El Papa le pidió a los nuevos cardenales que traten de la misma manera a los poderosos de la tierra y a los pequeños: "Un cardenal ama a la Iglesia, siempre con el mismo fuego espiritual, tanto en el trato con las grandes cuestiones como en el trato con las pequeñas; tanto en el encuentro con los grandes de este mundo, que deben hacerlo, muchas veces, como con los pequeños, que son grandes ante Dios".
Además, el Pontífice no olvidó el difícil momento que vive el mundo, a partir del conflicto entre Rusia y Ucrania, y advirtió del riesgo de una nueva guerra fría.
El Papa citó luego en su homilía al cardenal Agostino Casaroli (quien fue Secretario de Estado del Vaticano de 1979 a 1990), "justamente famoso por su mirada abierta para apoyar, con un diálogo sabio, los nuevos horizontes de Europa después de la Guerra Fría. Y Dios no quiera que la miopía humana -subrayó Francisco- vuelve a cerrar esos horizontes que él abrió".
El rito del Consistorio, con la imposición del birrete morado, el color de la sangre del martirio, el juramento de fidelidad de los cardenales, las delegaciones que acompañan a los nuevos purpurados, los fieles que los saludan en el Palacio Apostólico, es siempre uno de los momentos más evocadores de la Iglesia.
Pero, sobre todo, es el acto por el cual cada Papa diseña el cónclave que elegirá a su sucesor.
Hoy la mayoría de los cardenales electores son creados por el mismo Francisco: 83 de 132.
Hay 38 cardenales electores creados por Benedicto XVI en el colegio y todavía 11 de los que habían sido elegidos por Karol Wojtyla.
En total, los cardenales, incluidos los mayores de 80 años, que no votan, son 226.. Los veinte nuevos purpurados traen diferentes partes del mundo al centro de la Iglesia: desde los bosques amazónicos de Brasil hasta las divisiones entre las Coreas, desde la Iglesia minoritaria en la gran India hasta la que está continuamente bajo el ataque de Nigeria.
Cinco italianos, y entre ellos el que ahora es el cardenal más joven del mundo: Giorgio Marengo, de 48 años, que lleva veinte como misionero en Mongolia. En el consistorio también participó el cardenal Angelo Becciu, como él mismo anunció, bajo proceso en el Vaticano por la gestión de los fondos de la Secretaría de Estado.
Al final de la celebración, el Papa fijó también la fecha de canonización de Giovanni Battista Scalabrini y Artemide Zatti, dos santos que, por su historia, pueden ser considerados "patrones" de los inmigrantes.
Serán canonizados el próximo 9 de octubre en San Pedro.