NUEVA YORK (Uypress) – Por trigésima vez y por una abrumadora mayoría de 185 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones, la Asamblea General de la ONU pidió el fin del bloqueo económico que Estados Unidos impone a Cuba desde 1962.

Una nueva resolución vuelve a pedir el fin del bloqueo económico que Estados Unidos impone al país caribeño desde 1962. El máximo órgano de debate de la ONU ha refutado esta violación a la Carta de las Naciones Unidas cada año a partir de 1992. La resolución de este jueves 3 de noviembre obtuvo 185 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones.

Como ha sucedido históricamente, nuestro país mantuvo la tradición y votó favorablemente la resolución pidiendo el fin del embargo.

Brasil, que se abstuvo, con su voto fracturó por tercera vez la posición unánime de apoyo a Cuba de los países de América Latina y el Caribe. La primera fue cuando votó en contra durante la sesión de noviembre de 2019 y luego se abstuvo el año pasado junto con Colombia.

El texto adoptado reafirma, entre otros principios, "la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacionales, consagrados en numerosos instrumentos jurídicos internacionales", exhorta a todos los Estados a abstenerse de promulgar y aplicar leyes y medidas que los contravengan, e insta a la derogación de ese tipo de medidas a quienes aún las impongan.

Asimismo, expresa preocupación por disposiciones reglamentarias, como la promulgada por Estados Unidos el 12 de marzo de 1996, conocida como "Ley Helms-Burton", "cuyos efectos extraterritoriales afectan a la soberanía de otros Estados, a los intereses legítimos de entidades o personas bajo su jurisdicción y a la libertad de comercio y navegación".

Al explicar su voto, uno tras otro, los múltiples oradores de la sesión insistieron, a título nacional y como representantes de bloques de países, en el carácter ilegal del embargo, afirmando que constituye una violación flagrante y sistemática de la Carta de las Naciones Unidas, y exigiendo su levantamiento.

De igual manera encomiaron al unísono la respuesta de Cuba al covid-19 -que incluyó el desarrollo de vacunas contra el coronavirus-, y su solidaridad con otros países durante la emergencia sanitaria pese a sus limitados recursos.

La resolución A/77/L.5 se suma hoy a las 29 que se han adoptado desde 1992, cuando la Asamblea General empezó a votar anualmente sobre la cuestión, con la única excepción de 2020 a causa de la pandemia.

En su alocución previa a la votación, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba afirmó que el embargo es "un acto deliberado de guerra económica con el propósito de impedir los ingresos financieros al país, destruir la capacidad del gobierno para atender las necesidades de la población, hacer colapsar la economía y crear una situación de ingobernabilidad".

Bruno Rodríguez Parrilla denunció que desde 2019, el gobierno de los Estados Unidos escaló el cerco contra su país "a una dimensión extrema, más cruel e inhumana, para infligir deliberadamente el mayor daño posible a las familias cubanas", y detalló que en los primeros 14 meses del presidente Joe Biden, "los perjuicios ocasionados por el bloqueo alcanzaron los 6.364 millones de dólares, más de 15 millones de dólares diarios".

El canciller explicó que la inclusión "arbitraria y fraudulenta" de Cuba en la lista de supuestos Estados patrocinadores del terrorismo eleva exponencialmente el riesgo país y lo obliga a pagar cualquier mercancía hasta al doble de su precio en el mercado internacional.

Rodríguez Parrilla aclaró que Cuba no atribuye al embargo todas las dificultades que enfrenta hoy, "pero faltaría a la verdad quien niegue sus gravísimos efectos y no reconozca que es la causa principal de las privaciones, carencias y sufrimientos de las familias cubanas", enfatizó.

En su discurso ante el pleno de la Asamblea, el diplomático cubano acusó a Estados Unidos de destinar decenas de millones de dólares y de valerse de los medios de prensa y plataformas digitales más poderosos para llevar a cabo una virulenta campaña de desinformación, descrédito, odio y desestabilización contra Cuba mediante métodos de una guerra no convencional.

Luego de votada la resolución, el representante de Estados Unidos solicitó la palabra para sostener que su país mantiene su compromiso con el pueblo cubano en su búsqueda de libertad, prosperidad y un futuro más digno.

"Estamos enfocados en el bienestar político y económico de los cubanos, y centramos nuestros esfuerzos en la democracia y los derechos humanos y las libertades fundamentales", apuntó, acusando al gobierno cubano de reprimir en julio pasado a los numerosos ciudadanos que se manifestaron pacíficamente en toda la isla demandando libertad.

A pesar de la contundente votación, difícilmente cambio en algo la posición estadounidense, como no lo ha hecho desde 1992, primera ocasión en que se votó una resolución en la misma dirección que en esta jornada.

Paralelamente, 18 expresidentes latinoamericanos dirigieron una carta el presidente Joe Biden expresando su preocupación por el mantenimiento del embargo. Entre los firmantes aparecían el expresidente José Mujica, Dilma Rousseff de Brasil; Ernesto Samper y Juan Manuel Santos, de Colombia; Evo Morales, de Bolivia; Rafael Correa, de Ecuador; Leonel Fernández, de República Dominicana; Martin Torrijos, de Panamá, y Vinicio Cerezo, de Guatemala; así como los ex primeros ministros de Jamaica, Granada, Santa Lucía, Guyana, Belice y Antigua y Barbuda.