por ESTEBAN VALENTI

Un enumerado de lugares, de geografías no puede ser un análisis político. A menos que partamos de la historia del Uruguay y sobre todo definamos un aspecto fundamental, su carácter megacéfalo, el más concentrado de toda América Latina y uno de los más importantes del mundo. Traducido: el tamaño proporcional de su capital en relación a toda la población. Que se agrava si se considera el área metropolitana (áreas de Canelones y San José).

 

Mucho más concentrado ha estado el poder en el Uruguay, en toda su historia institucional hubo un solo Presidente de la República nacido fuera de la capital. Máximo Santos, nacido en 1847 en Pando, Canelones. Tomás Berreta asociado a Canelones, en realidad nació en 1875 en Montevideo.

Es cierto que Uruguay es uno solo, que no hay diferencias raciales, o geográficas muy marcadas y que en los últimos tiempos los cambios tecnológicos han contribuido mucho a darle más unidad y cohesión al Uruguay. Además, a diferencia de todo el resto de América Latina con excepción de Cuba, nosotros no crecemos demográficamente como lo muestra claramente el último censo.

Diferencias políticas las hubo y las hay. La izquierda desde que surgió en el país se fue afianzando en la capital y en menor medida en algunos centros del interior del país, con una fuerte presencia de trabajadores: Paysandú, Río Negro y luego Canelones.

El cambio demo-político más importante fue que Montevideo y Canelones se consolidó un predominio de la izquierda tanto a nivel de las elecciones nacionales como departamentales y municipales.

Hay datos que son innegables, en el 2024 el FA va a triunfar en las elecciones en Montevideo y Canelones, en las departamentales del 2025 es otra batalla que además tiene directa dependencia del resultado de las elecciones nacionales, pero también tiene altas posibilidades de triunfar.

¿Qué significado tendría elegir un presidente nacido, crecido y experimentado en labores de gobierno en el interior del país? Muchas y muy importantes.

Uruguay ha descentralizado muchas actividades, pero todavía tiene pendiente un proceso de descentralización en todos los rubros mucho más profundo, la creación de nuevos centros productivos y habitacionales potentes y que empujen el desarrollo nacional, a nivel económico, social, educativo, de la salud, de la cultura y naturalmente de la política.

No alcanza con incluir ese aspecto de gran importancia para un Proyecto Nacional renovado en un programa, hace falta determinada sensibilidad, atención, experiencia y eso lo aporta necesariamente el principal gobernante. No se inventa ni se crea artificialmente esa sensibilidad. Se experimenta durante 20 años de gobierno departamental, como es el caso de Yamandú Orsi en la Intendencia de Canelones.

Las reacciones políticas, el tipo de declaraciones que Orsi realiza, sus relaciones con los otros intendentes de todos los partidos, su capacidad de diálogo con personas de todos los partidos tiene mucho que ver con esa experiencia gobernando Canelones, conociendo directamente "el pequeño país" que es ese departamento que tiene en su interior todas las realidades productivas, industriales, de servicios, de turismo, sociales, agro-productivas y culturales.

La última encuesta realizada específicamente en Canelones, con una muestra representativa del departamento por la empresa Cifra le da a Orsi un nivel de apoyo del 69% y un nivel de rechazo del 19%, es decir un saldo positivo de +50%. El más alto de todo el país.

Eso fue posible por su gestión y la de su equipo, pero también por su comunicación con la gente, por su relación con el gobierno nacional y los ministerios y porque no puso sus aspiraciones electorales nacionales por encima de las necesidades de los canarios que lo eligieron. Es una visión profundamente republicana pero es además una sensibilidad desde el interior.

No existe ninguna remota posibilidad que no sea Yamandú Orsi que un candidato realmente del interior llegue en esta elección a la Presidencia de la República, por ningún partido. Sería toda una señal muy importante, en esa área vive, produce, estudia, enseña, crea, cura, invierte bastante más de la mitad del país.

En el interior se han instalado sedes de la Universidad de la República, se creó la UTEC (Universidad Tecnológica del Uruguay), los centros de enseñanza secundaria se han extendido en los últimos 30 años de manera muy importante, los centros de salud, las actividades culturales, grandes emprendimientos industriales y sobre todo ha crecido en calidad y en cantidad la producción agropecuaria.

Es hora de que los uruguayos demos una señal clara hacia la amplitud política y elijamos un Presidente de la República, que no solo haya nacido, sino haya hecho su experiencia de vida y de gobierno en el interior. Y Canelones es el departamento ideal, por concentrar todas las realidades de otros territorios.

Los izquierdistas deberíamos hacernos algunas preguntas a partir de nuestra historia, incluyendo 15 años de gobierno nacional, varias intendencias y 4 años de gobierno multicolor. ¿por qué nuestra fortaleza siempre se concentró primero en Montevideo y luego en el área metropolitana?

La respuesta tiene obviamente aspectos sociales, pero fundamentalmente culturales. Los partidos tradicionales y en particular los blancos concentraron buena parte de su acción en esa área, incluso su liturgia, su historia, sus símbolos tratan de todas maneras de expresar su origen en el interior, cuando no aportaron en casi 200 años un solo presidente del interior y contribuyeron al proceso de concentración del poder en Montevideo.

Los niveles de vida y los ingresos promedio más elevados y los mejores servicios son notoriamente en Montevideo. ¿Es una casualidad?

Supuestamente la izquierda debería haber logrado mayores apoyos en poblaciones urbanas, de pequeños centros y rurales con más necesidades y menos posibilidades que las de la capital. Y sin embargo...Tenemos y mantenemos problemas importantes en la llegada a esas zonas.

Ganamos las elecciones en el 2004 porque por primera vez logramos ganar en la mayoría de los departamentos, perdimos las elecciones en el 2019, fundamentalmente por la pérdida de votos en el interior. No es solo un problema de comunicación, es nuestra capacidad de entender y aprender de todos los departamentos, que por otro lado tiene diferencias entre sí. Que luego también se manifiestan a nivel electoral.

Los multicolores decidieron dar la pelea por la Intendencia de Canelones presentando tres candidatos bajo un solo lema y seguramente harán lo mismo en Montevideo. La mejor y más inteligente respuesta de la izquierda, del Frente Amplio, es presentar un candidato ganador del interior, no solo para ganar la Presidencia de la República, sino para afianzar el área metropolitana y varios departamentos.

Es cierto que los aparatos tejidos por el clientelismo a nivel de varios departamentos es una maquinaria imponente y muy bien manejada y con muchas décadas de impunidad total, pero la buena política, la capacidad de relacionarse desde un gobierno progresista con todo el país, como lo hizo Orsi con todo Canelones, inclusive zonas tradicionalmente conservadoras del departamento, es fundamental no solo para el 2024, sino para el futuro político del Uruguay y de la izquierda y para la descentralización más efectiva, que es una forma de fortalecer la ciudadanía y la democracia.