Rodrigo Paz y Jorge "Tuto" Quiroga serán los candidatos con perfiles de un mismo origen político, pero propuestas dispares, que disputarán el balotaje presidencial en Bolivia el 19 de octubre, con perfiles de centro y derecha, que han desplazado al socialismo (MAS) del poder, tras 20 años de hegemonía.
Se trata de dos candidatos presidenciales formados en Estados Unidos académicamente y que llegaron a la política de la mano del mismo mentor, el expresidente Jaime Paz Zamora: su hijo Rodrigo Paz Pereira, la gran sorpresa de los comicios generales, y el exmandatario Jorge "Tuto" Quiroga, que ha reconocido que el exmandatario fue quien la abrió las puertas a la política.
Las urnas entregaron este domingo un resultado sorpresivo.
Los datos del Sistema de Resultados Preliminares (Sirepre) del Tribunal Supremo Electoral (TSE) dan como ganador de las elecciones generales al candidato presidencial del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Paz, quien obtuvo 1.566.744 votos (32,1%), con el 92% de los votos escrutados.

 

El segundo lugar corresponde a Quiroga, de la alianza Libre, con 1.314.821 votos (27%).
Mientras que Samuel Doria Medina, de Unidad, se ubica en el tercer lugar con 972.444 votos (19,9%).
A pesar de su victoria, los resultados no fueron suficientes y deberá ir a balotaje contra "Tuto" Quiroga, quien quedó segundo con el 26,81%.
Los dos llegan con la crisis económica como principal desafío y como punto focal de su oferta de campaña.

Pero la forma en que prometen afrontar ese reto es diferente, con Paz apostando por redimensionar el estado y democratizar el acceso al capital, pero negándose rotundamente a acudir al Fondo Monetario Internacional, y Quiroga se presenta como un tecnócrata dispuesto a atraer inversiones y aplicar recortes.
"Lo que queremos es la reconstrucción de la Patria. Que la economía sea de la gente y no del Estado", dijo el candidato democristiano en su discurso de la victoria. El plan de gobierno de Paz está contenido en la llamada Agenda 50/50, que defiende un reparto más equilibrado de la riqueza potencial de Bolivia, porque rechaza apelar a la búsqueda de préstamos de organismos multilaterales para paliar la crisis.
De acuerdo con el diagnóstico de Paz, el 85% de los recursos que produce Bolivia es administrado por el gobierno central. Y propone una fórmula en la que esa proporción pase al 50%, y que la otra mitad sea asignada a los poderes regionales y las universidades públicas.
A su vez, Quiroga promete reformar la legislación boliviana, como una forma de hacer más viable la inversión extranjera, y aspira a firmar acuerdos de libre comercio, pero no incluye a Estados Unidos en la lista de futuros aliados, por las políticas arancelarias de Donald Trump.En su oferta de reforma del estado se ha declarado dispuesto a usar "motosierra, machete, tijera y todo lo que encuentre", en alusión al emblema político de otro gobernante de extrema derecha, el argentino Javier Milei, en su esfuerzo por reducir el tamaño del Estado.
Fiel a su formación neoliberal, Quiroga no descarta acudir al FMI en busca de un fondo de estabilización que permita hacer frente al déficit fiscal, y promete cerrar empresas estatales.
Mientras empiezan las acusaciones en el seno del Movimiento al Socialismo (MAS), que saldrá del poder hegemónico que lo llevó a gobernar 20 años ininterrumpidos, el presidente Luis Arce dijo que cumplió su deber al "garantizar un proceso electoral pacífico y transparente" y aseguró que hará un "tránsito democrático" al entregar la presidencia el 8 de noviembre.