El papa Francisco convocó a la 16ta Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obipos, que se celebrará en octubre de 2022 bajo el lema "Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión". El anuncio de la citación fue hecho este sábado por el secretario general del Sínodo de los Obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri. Francisco ha hecho de la sinodalidad no sólo un método, sino su proyecto para un nuevo ser y hacer de la Iglesia desde un discernimiento conjunto cuyas implicaciones pueden marcar un antes y un después en aspectos tales como los ministerios ordenados, participación y corresponsabilidad de los laicos, el papel de la mujer, los nuevos métodos de evangelización, el lugar de la Iglesia en el mundo, la relación con los agentes sociales y políticos.

Sin embargo, más allá de que estos puedan convertirse en los temas de debate que se puedan poner encima de la mesa, este sínodo buscará poner las bases precisamente sobre cómo abordar estas cuestiones de aquí en adelante con esa mirada sinodal. "La sinodalidad es un estilo, es un caminar juntos, y es lo que el Señor espera de la Iglesia del tercer milenio", les dijo Francisco el pasado mes de noviembre a la Comisión Teológica Internacional, donde alabó el documento al respecto elaborado por la entidad capitaneada por el prefecto para la Doctrina de la Fe, Luis Francisco Ladaria.

"Hoy se piensa que hacer sinodalidad es tomarse de la mano y echarse a andar, festejar con los chicos o hacer una encuesta de opinión del tipo, 'qué se piensa del sacerdocio de las mujeres?'", acotó el Papa. Durante el pontificado, el Papa mencionó repetidamente que la sinodalidad es un camino principal en la vida de la Iglesia. Con motivo del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos, el 17 de octubre de 2015, pronunció palabras en esa dirección. "Lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está contenido en la palabra Sínodo. Caminar juntos - laicos, pastores, obispo de Roma - es un concepto fácil de expresar, pero no tan fácil de poner en práctica", afirmó Francisco.

"Si entendemos que, como dice San Juan Crisóstomo, la Iglesia y el Sínodo son sinónimos, también entendemos que en él nadie puede ser elevado por encima de los demás", había afirmado en 2015 Francisco. "Por el contrario, en la Iglesia es necesario que alguien 'se agache' para ponerse al servicio de los hermanos en el camino", resaltó. Francisco observó entonces que los que ejercen autoridad "se llaman ministros porque, según el significado original de la palabra es 'son los menos importantes'". El primer nivel de ejercicio de sinodalidad se lleva a cabo en Iglesias particulares. El segundo nivel es el de las Provincias y Regiones Eclesiásticas, de los Consejos Particulares y especialmente de las Conferencias Episcopales.

El último nivel es el de la Iglesia universal. Inspirándose en las palabras de Francisco, la Comisión Teológica Internacional realizó, en 2018, un estudio sobre la sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia. Sínodo, dijo en el reporte, es una palabra antigua que indica el camino recorrido por el Pueblo de Dios. "Desde los primeros siglos, las asambleas eclesiales convocadas en varios niveles se designan con la palabra "sínodo" para discernir, a la luz de la palabra de Dios, preguntas doctrinales, litúrgicas, canónicas y pastorales", sostuvo ese estudio.

También destacó que sinodalidad indica "el modus vivendi et operandi específico de la Iglesia del Pueblo de Dios que manifiesta y concretamente se da cuenta de que es una comunión en el que se camina juntos, se reúne en la asamblea y todos sus miembros participan activamente en su misión evangelizadora". El concepto de comunión expresa "la sustancia profunda del misterio y la misión de la Iglesia", que en la celebración eucarística "tiene su fuente y culminación".