OTHER NEWS /Insurgente.cl (23/11/2020) – La dirigente mapuche, Minerva Castañeda, afirmó que «es falso que los mapuches no conocieran el uso medicinal del killay con propósitos médicos». La excomisionada indígena ante Naciones Unidas emplazó al gobierno chileno de Sebastián Piñera y a su ministerio de Salud a que informe a la comunidad sobre los protocolos que ha cumplido la farmacéutica Pfizer, en el uso de recursos naturales y saberes mapuche.

Hoy se hizo llegar una carta en tal sentido al ministro, Enrique Paris, máxima autoridad a cargo de la pandemia en Chile. Las Bolsas subieron y las acciones del laboratorio multiplicaron sus beneficios cuando se informó sobre la vacuna que elabora Pfizer contra el coronavirus. Dicha vacuna valida en un 90% las propiedades del árbol del killay por la eficacia de la saponina en el tratamiento de la enfermedad. «Esto no es un descubrimiento -alegó la profesora, diplomada en Políticas Públicas, Pueblos Indígenas e Interculturalidad- y afirmó que «se usa para fortalecer el sistema inmunológico y el tratamiento contra las enfermedades respiratorias», mucho antes que apareciera la pandemia de Covid-19.

La preocupación de la dirigente de la comunidad Rukañanco Huichachuey de Panguipulli (670 kilómetros al sur de Santiago- es que vaya a ocurrir lo mismo que con el quintral maqui, que luego que los laboratorios descubrieran sus propiedades contra el cáncer, llegaran camiones por las noches al Wellmapu (territorio mapuche) para arrancar los árboles de raíz y lucrar con ellos.

«Son conocimientos ancestrales -recalcó- que tienen nuestras machi, las lawentuchefe y dentro de las comunidades uno también tiene esos saberes que se transmiten de generación en generación».

Contó que en la región Metropolitana, a las familias mapuche que se enfermaban de Covid-19 les llevaban natre para la fiebre, killay y quintral del maqui, como paliativo, para evitar complicaciones en las vías respiratorias.

La preocupación de Minerva es que para extraer la saponina se utilizan los árboles más viejos, de los cuales se utiliza unos 30 a 50 kilos y el resto se bota, «ese es un daño a la diversidad» para el mapuche que es contrario además a los monocultivos.

Explicó que para su pueblo «la naturaleza tiene un valor. Cada vez que se recurre a ella, sobre todo en las yerbas medicinales, uno le pide permiso, porque hay un respeto».

Aclaró que «yo no estoy en contra de la vacuna, si es algo que todos estamos esperando que salga para poner fin a esta pandemia que ha afectado a toda la humanidad. Nuestro llamado es a resguardar ciertos protocolos respecto de la propiedad intelectual de la medicina mapuche, que las farmacéuticas no han cumplido».

Recordó que la OMPI (Organización Mundial de Propiedad intelectual) ha declarado que los Estados deben resguardar y proteger los conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas de terceros, ante innovaciones y creaciones basadas en el conocimiento ancestral sin el previo resguardo de su propiedad intelectual, así como también impedir que sean estos sean patentados por empresas extranjeras.

Además, apuntó, la declaración de derechos de los pueblos Indígenas, en su artículo 31, indica expresamente que los pueblos indígenas tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar la propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales. Para ello, los Estados tienen que adoptar medidas eficaces para reconocer y proteger el ejercicio de estos derechos.

La dirigente dijo sentir «un deber moral» de hacer esta denuncia y planteó que «supongamos que la vacuna es efectiva, difícilmente van a empezar con los chilenos, y menos con los mapuche, para su vacunación». Propuso al estado chileno acciones conjuntas.