Los capitales estadounidenses están huyendo vertiginosamente de América Latina, como lo demuestra la lista correspondiente a febrero pasado, difundida recién por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en la cual aparecen en los primeros tres lugares Brasil, México y Argentina.
Sólo en el cuarto lugar se observa a Rusia, seguido por Hong Kong y Bahamas.
En términos absolutos, las cifras son proporcionales al tamaño de las economías de cada país en el caso latinoamericano: por ejemplo de Brasil salieron 16.393 millones de dólares de inversiones estadounidenses, de México 11.531 y de Argentina 6.106, en comparación con el segundo mes de 2020.
No obstante, en términos relativos, las diferencias son mayores pues salieron 10% de los capitales invertidos en Brasil, 7% en México y 25% en Argentina.
La mayor parte de los "capitales golondrinos", como se les llama en México, corresponden a bonos gubernamentales y títulos corporativos.
Las acciones, bonos y títulos corporativos mexicanos en manos de capitalistas de Estados Unidos sumaron 152.802 millones de dólares, de acuerdo con el informe oficial.
En el caso de México, 3% de los flujos corresponden a bonos corporativos y 9% a papeles gubernamentales.
Los especialistas consideran que la estampida de capitales es un reflejo de "la desconfianza en la estabilidad económica y política" de un país.
Juan Musi, de la firma Alpha Patrimonial, estima que los factores que generan este fenómeno son "ausencia de crecimiento, estructura fiscal deficiente, señales de incertidumbre y debilidad del Estado de derecho".
Estos son "ingredientes que provocan que no llegue inversión nueva y que quienes están deciden ir a otros destinos", indicó el experto, quien en el caso de México sostuvo que también cuentan la baja de las tasas de interés decretada por el Banco Central, para ubicarlo en 4%, lo que vuelve poco atractivo invertir en el país.
El analista también hizo notar que "el estilo de gobernar" de los líderes de los países de la lista, como el caso de Jair Bolsonaro en Brasil y de Andrés López Obrador en México o de Vladimir Putin en Rusia, calificado como "populista" o hasta "extremista", son otros elementos que suelen asustar a los capitalistas estadounidenses.
Otro informe del Banco de México (Banxico, central) difundido en enero pasado, reveló que durante 2020 el monto de los bonos gubernamentales mexicanos en manos extranjeras bajó 11,9% el año pasado.
Se trata de la mayor caída en este sector desde que se tiene registro, la cual supera la de 1995, cuando el país sufrió una severa crisis por la caída de las reservas internacionales, que se ubica en segundo lugar y la de 2016, en tercero.
El 21 de febrero de 2020, la cifra de bonos gubernamentales en manos extranjeras alcanzó su nivel histórico con unos 101.000 millones de dólares, pero comparado con el resultado del fin de año se contabiliza un desplome del 4,6%, de acuerdo con las cifras oficiales.
La salida más pronunciada de capitales por venta de bonos del gobierno en México se registró durante el segundo trimestre del año, es decir, cuando comenzaron las medidas de confinamiento para combatir la pandemia de Covid-19.
La histórica fuga de capitales ocurre pese a que México, con todo y los recortes del Banco de México, ofrece a los inversionistas una de las tasas de interés más atractivas del mundo, con un rendimiento de 4,25% por ciento.
En cambio, Estados Unidos ofrece rendimientos entre cero y 0,25 por ciento, mientras en algunos países de Europa las tasas son incluso negativas.
Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, estima que la salida de capitales obedece a que "al mercado financiero no le gustan las sorpresas, por lo que tiende a reaccionar violentamente ante episodios de incertidumbre, como fue al inicio de la pandemia por Covid-19".