"Estoy convencido que se jugará", afirmó hoy el presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), Gabriele Gravina, sobre la final intercontinental entre la "azzurra", campeona de la Eurocopa, y Argentina, ganadora de la Copa América.

"Es una idea hermosa que refrenda los lazos entre la UEFA y la Conmebol", aseguró el dirigente al destacar que "aún no se sabe dónde se jugará. Por una cuestión afectiva me gustaría que fuese en Nápoles, pero escuché que hay otras opciones".

La idea de disputar el duelo entre los campeones continentales a nivel de selecciones en Nápoles parece ser un homenaje al recordado campeón mundial argentino Diego Maradona, que llevó al Napoli a la cima del mundo y en cuyo honor fue rebautizado el estadio San Paolo.

La fecha tentativa es junio del año próximo, aunque aún no está definido cuándo chocarían la "azzurra" de Roberto Mancini, que acaba de resignar su invicto en 37 partidos al caer frente a España en semifinales de la Nations League, y la "albiceleste" de Lionel Scaloni, que suma 23 partidos sin conocer la derrota.

El posible duelo entre los tetracampeones mundiales (Italia, que sumó su última Copa del Mundo en Alemania 2006) y los bicampeones argentinos (que sumaron su segunda corona en Mexico 86 con Maradona en el plantel) generó muchísima expectativa.

Gravina confesó que sería muy feliz si la idea se concreta al tiempo que expresó su rechazo, en cambio, a la iniciativa de la FIFA de disputar un Mundial cada dos años, proyecto que cosechó más reveses que adhesiones y al que se oponen tanto la UEFA como la Conmebol.

"Tendríamos un problema serio porque, además de desnaturalizar al Mundial, tal como está pensado limitaría las actividades de las selecciones durante el año a un mes con dos ventanas en las que habría que parar los campeonatos", explicó Gravina.

"Sería un suicidio incluso a nivel comercial", completó el dirigente al destacar que "necesito que alguien me explique, cuando se habla de valorizar el Mundial o la Eurocopa de fútbol femenino en qué momento se disputarían ¿Simultáneamente?", de prosperar el proyecto de la FIFA.

"Creo que es un acto de histeria y hoy el mundo del fútbol necesita otra cosa", agregó al recomendar: "Tratemos de mantener vivo el romanticismo del fútbol tal como lo conocemos hasta ahora".

"Si se confirma la iniciativa significaría que tendríamos un torneo cada año. Imagínense lo que eso significa a nivel organizativo para todas las competencias deportivas", explicó. "Los futbolistas se han convertido en medios de producción y nosotros debemos velar por ellos respetando el valor de la dignidad humana de los atletas", agregó al reiterar que "no podemos olvidar que la fascinación que generan una Eurocopa o un Mundial está vinculada a la ansiedad que genera la espera".

Durante su participación en el Festival del Deporte en Trento, Gravina anticipó también que Italia espera ser sede de la Eurocopa en 2028 "porque hace mucho que no organizamos ese torneo y para mí sería el broche de oro al final de mi ciclo en la FIGC".

Finalmente, el máximo dirigente del fútbol italiano lamentó los insultos proferidos por el público al arquero de la selección Gianluigi Donnarumma durante el partido que la "azzurra" perdió con España en Milán por las semifinales de la Nations League.

"Lamento mucho que esto haya sucedido, sobre todo a un muchacho como él que tanto sacrificio realizó y tantas alegrías nos dio", dijo en referencia al repudio de los fanáticos del Milan al artífice de la consagración en la Eurocopa (en la definición por penales ante Inglaterra en Wembley) por haber dejado el club para jugar en París Saint-Germain.

Tal vez, Nápoles lo reciba de mejor modo si finalmente se concreta el duelo en esa ciudad entre Italia y la Argentina de Lionel Messi, su actual compañero en el equipo parisino.