Un test pionero creado por dos investigadores españoles permite averiguar el estado de nuestra inmunidad celular y así saber si necesitamos dosis adicionales o no de la vacuna del Covid.
Se trata de "CoviDCELL", test elaborado por la inmunóloga Yvelise Barrios y el alergólogo Víctor Matheu, que de momento no se comercializa, pero sí salió a la luz en varias publicaciones científicas.
Es una adaptación de un test clásico de la inmunología (de hipersensibilidad retardada), una prueba cutánea que se realiza desde hace años en enfermedades como la tuberculosis, y que se empleó en pacientes con VIH, y no necesita de extracciones de sangre ni de laboratorios sofisticados.
Consiste en inyectar en la piel del antebrazo del paciente una solución con un trozo de la famosa proteína "spike" del SARS-CoV-2, una de las principales proteínas del virus, para estudiar la reacción cutánea que se produce en el paciente.
Revelará si se tiene o no inmunidad celular frente a este patógeno, es decir, si se debe vacunarse o no.
El sistema inmunitario humano tiene dos tipos de respuesta: la humoral, que fabrica los anticuerpos específicos para cada patógeno, y que se mide con un test serológico; y la inmunidad celular, más duradera, y conformada por los linfocitos T capaces de recordar si se enfrentaron o no a un patógeno previamente, y que hasta ahora solo se medían en laboratorio.
"Si nuestro organismo previamente se ha infectado por el virus, o hemos pasado la infección, o nos hemos vacunado tendremos células T específicas que lo reconocerán e irán a la zona donde hemos inyectado esta proteína sintética debajo de la piel. En caso afirmativo se producirá una reacción roja", explicó la inmunóloga.
Tras la inyección cutánea en la persona se necesita esperar entre 12 y 48 horas para obtener la respuesta.
Este test -subrayó-, "es más fácil y sencillo y permite demostrar si necesitas estas dosis extras o no con el paso del tiempo, al tiempo que podemos responder a cuestiones sobre el tiempo que nos dura la inmunogenicidad de las vacunas, o cuántas dosis vamos a necesitar".
Apunta que "solo ver una parte de inmunidad, que son los anticuerpos, nos deja con incertidumbres que realmente no podemos rellenar en muchas ocasiones porque no hay test barato y fáciles de hacer, y nosotros proponemos este como método inicial, que no significa que no se pueden hacer los otros, que dan información más profunda".
La doctora defiende que "la estrategia debe ir a individualizar la administración de las vacunas del Covid-19. En la población general optimizaría los recursos, porque vacunar masivamente a todo el mundo conlleva un compromiso presupuestario que puede destinarse a otros ámbitos, y al principio de la pandemia sí tenía sentido vacunar masivamente, y ahora ya no".
Coinciden con Barrios otros doctores como José Gómez Rial, que también defiende una "estrategia de vacunación personalizada" pues "las personas sanas no necesitan ninguna dosis adicional porque no tienen ningún problema en su sistema inmunitario".
El inmunólogo, que apuesta por incluir el test CoviDCELL u otros similares en el sistema público de salud, critica el hecho de que en la actualidad se está apostando por "un uso indiscriminado de la vacunación, saltándonos el riesgo que tiene y el beneficio que aporta".
Además, advierte, "si seguimos por este camino de dosis de recuerdo cada poco tiempo, podemos enfrentarnos a fenómenos autoinmunitarios de desequilibrios de la respuesta inmunitaria, estamos abusando claramente de las vacunas".
Según Gómez Rial, "el único beneficio de la tercera dosis es el beneficio administrativo del pasaporte europeo. Hemos llegado a un punto en el que el beneficio administrativo está por encima del beneficio de la salud".