"La ópera nació en Italia y muchos italianos han trabajado para compartirla con el mundo y lanzar teatros de 'ópera en Estados Unidos'", subrayó Francesca Zambello, Directora Artística de la Ópera Nacional de Washington.
Figura destacada de la escena musical italiana e internacional, Zambello fue recibida por la Embajadora de Italia en Estados Unidos, Mariangela Zappia, en su residencia Villa Firenze en Washington DC.
"Francesca Zambello es apreciada no solo por la calidad de sus producciones, sino también por su compromiso con la promoción del talento joven, así como por su atención a la diversidad y su apoyo a la mujer", expresó la Embajadora Zappia al presentar a la Directora de la Ópera Nacional.
"A través del poder narrativo de sus producciones y su música, puede abordar temas complejos e involucrar a audiencias de todas las edades", dijo Zappia.
"Su trabajo hace una importante contribución a la promoción del patrimonio musical y operístico de Italia en todo el mundo y también se destaca como un puente cultural entre Italia y los Estados Unidos", añadió.
Además de recordar los orígenes italianos de su familia, Francesca Zambello subrayó la importancia de Italia como cuna de la ópera.
"La ópera nació en Italia y muchos italianos han trabajado para compartirla con el mundo y lanzar teatros de 'opera en Estados Unidos'", subrayó la artista.
Citó los casos de "San Francisco o Chicago".
Zambello recordó que "no ha sido fácil construir una carrera en la cultura, especialmente en roles gerenciales".
"Le debo mucho a Italia, donde ocupé muchos de mis primeros cargos", dijo Zambello, galardonada con el título de Caballero de la Orden de la Estrella de Italia en 2020, con una ceremonia celebrada en Villa Firenze.
También destacó de que manera la Ópera Nacional de Washington está a la vanguardia del panorama estadounidense en términos de diversidad y presencia femenina en el liderazgo de roles artísticos y laborales.
"Bien se puede decir, comentó, que la obra de Washington "refleja la sociedad, la América de hoy", dijo la artista, que ha colaborado con numerosos teatros de ópera de todo el mundo, incluidos La Scala, The Met, la Ópera de París, la Ópera de Múnich, el Bolshoi y la Ópera de Covent Garden.
La directora se centró en la universalidad de la obra, evocando también sus propias fuentes de inspiración, su maestro Jean-Pierre Ponnelle, los retos que siempre han estado asociados a la dirección artística y las oportunidades que ofrece la tecnología.
Habló, por otro lado, de la dificultad de traer de vuelta al público a las salas teatrales después de la pandemia y de los esfuerzos por atraer al público joven, incluso con precios subsidiados.