NUEVA YORK - El arte italiano y la tecnología se fusionaron en MUSaEUM en el Instituto Italiano de Cultura (IIC) en Nueva York, con una exposición que combina obras maestras con tecnología digital.
Un evento organizado en el IIC, en colaboración con el Grupo Exponentes Italianos, fue el ejemplo de cómo el mundo digital está transformando la realidad y el arte no es excepción, y se deja contaminar por las nuevas tecnologías.
Con la introducción del director del IIC Fabio Finotti y del Cónsul General en Nueva York Fabrizio Di Michele, un panel de alto prestigio compuesto por Vittorio Sgarbi, Alain Elkann, Mario Calvo Platero, Elio y Franco Losi abordó y profundizó el fenómeno de la tecnología digital.
Losi, que junto a Elio escribió el libro Uaired, ya ha previsto una transformación destinada a aportar cambios radicales no solo en el ámbito social, sino también económico, con los derechos sobre los objetos inmateriales que ocupan un lugar cada vez más importante en las carteras de los inversores, informó el medio La Voce di New York.
Precisamente el arte es uno de los sectores en los que se está haciendo un lugar la virtualidad.
Está abierta al público la exposición MUSaEUM, curada por Carlo Francini. Se trata de una exposición de obras digitales DAW©, que incluyen una exclusiva colección de obras maestras históricas inamovibles de Botticelli, Miguel Ángel, Leonardo y Caravaggio.
La particularidad de la tecnología DAW©, además del extraordinario realismo del resultado, es ofrecer al público pinturas digitalizadas y a los coleccionistas internacionales la oportunidad de disfrutar de obras maestras artísticas en una nueva apariencia en serie limitada. Reproducciones que se pueden comprar y de cuyos ingresos el 50% se destina a los museos en los que se exponen los originales.
"La tecnología hace que el arte sea accesible para todos", subrayó el cónsul Di Michele, subrayando el poder de los medios digitales que son capaces de reproducir los cuadros respetando fielmente cada detalle.
Se trata, señalan los expertos, de una ventaja no pequeña, sobre todo cuando, por razones políticas o de prudencia, no es posible trasladar las obras de un país a otro.
Uno de los que mejor conocen esta situación es Alain Elkann, presidente de FIAC (Foundation for Italian Art & Culture), que durante años intentó llevar a Nueva York la "Canestra di frutta" de Caravaggio, el pináculo del género de la naturaleza muerta.
Nunca lo ha conseguido, pero hoy la obra es visible en el Instituto gracias al uso de la inteligencia artificial.
"Por supuesto, no es lo mismo", admitió el Secretario de Estado de Cultura Sgarbi. "Pero la innovación en el ámbito artístico tiene una historia que viene de lejos".
"Estoy de acuerdo en que la emoción dada por los cuadros originales es incomparable", concluyó Platero.