MONTEVIDEO (Uypress) – Pese a la presencia de una serie de características sospechosas que hacían encuadrar en una situación de “riesgo” y exigir una inspección manual, el contenedor con más de dos mil quilos de cocaína capturado en Bélgica no fue revisado por la Aduana uruguaya.

 

 

Sobre fines de 2023 se detectó en el puerto de Amberes, Bélgica, un contenedor proveniente de Uruguay con más de dos mil quilos de cocaína.

Los funcionarios aduaneros de la terminal europea descubrieron en total 2.160 quilos de droga en un barco que había salido del puerto de Montevideo. Los estupefacientes iban disimulados en un contenedor con budines marca Portezuelo y botellas de vermú de origen uruguayo.

Según informó el diario El Observador, a pesar de que las características del embarque lo hacían entrar dentro de la categoría "de riesgo", este no fue revisado de manera manual, cosa que correspondería en esa situación.

De acuerdo al matutino, funcionarios y autoridades aduaneras destacaron que había tres peculiaridades que habrían ameritado la apertura. En primer lugar, se trataba de una exportación que Uruguay no suele hacer a Europa (alfajores, budines y vermú). Otro elemento sospechoso era que la mercadería no se compró a los fabricantes, sino a supermercados de la plaza local, y en tercer lugar, el puerto de destino, Amberes, es un concentrador del ingreso de drogas a Europa.

El cargamento entró al puerto de Montevideo el 14 de noviembre, pero antes estuvo en tránsito en Zonamerica, lugar donde los investigadores presumen que se habría introducido el producto ilegal.

Según cita El Observador, desde la empresa exportadora se les explicó que la compra fue hecha por una firma de Países Bajos, que pidió cotización por budines, alfajores y vino. Comentaron que, a falta del vino solicitado, se les ofreció vermú, lo que fue aceptado, y una vez concretada la operación, el importador neerlandés pidió que la mercadería fuera remitida a Amberes.