RIO DE JANEIRO (ANSA - por Patrizia Antonini) - Ningún cambio radical por parte de Lula da Silva. El presidente progresista de Brasil no se disculpará ante el gobierno de derecha de Benjamínn Netanyahu. El país sudamericano llega así a la primera cita importante de su presidencia del G20, en medio de una crisis diplomática.

 

 

Una tormenta que se desató tras las declaraciones de Lula, que comparó lo que ocurre en la Franja de Gaza con el Holocausto de Hitler, y que ahora corre el riesgo de eclipsar la reunión de los jefes de diplomacia de los 19 Estados y dos bloques económicos más ricos del planeta. Un foro organizado para mañana y el jueves en Río de Janeiro, con la ciudad blindada para la ocasión por un despliegue masivo de militares, policías y vigilada por miles de cámaras.

La escalada de la crisis diplomática en las últimas horas en el Planalto -sede del gobierno brasileño-, con la convocatoria a consultas del embajador brasileño en Tel Aviv, Frederico Meyer, y la convocatoria del número uno de la delegación israelí en Brasil, Daniel Zonshine, no augura una rápida solución.

Y Lula, que hubiera querido aprovechar la primera reunión importante bajo la dirección del Ministro de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira, para lanzar una Alianza contra el hambre, la pobreza y las desigualdades, se encuentra bajo ataque -fuera y dentro del país- donde se ha convertido en blanco de hostigamientos de la derecha. Con Jair Bolsonaro prometiendo una demostración de fuerza el domingo, en la procesión convocada en la Avenida Paulista.

También llovieron críticas al presidente brasileño por su posición ("cínica", según algunos) respecto a la muerte del activista anti-Kremlin Alexei Navalny: "Si es sospechoso -comentó- primero debemos esperar a que la investigación muestre de qué murió". Es "una cuestión de sentido común", reaccionó.

Tampoco faltaron dudas sobre el silencio de Lula sobre la represión de los opositores en Venezuela, donde el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, hacía hoy una parada para reunirse con Nicolás Maduro antes de llegar a la ciudad carioca.

Sin embargo, algunas novedades sobre la crisis entre Brasil e Israel podrían derivarse de la visita del Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, prevista en Brasilia por la tarde y con una reunión anunciada con el Jefe de Estado brasileño para mañana por la mañana, antes de llegar a la reunión de Río, donde estará sobre la mesa la cuestión de Medio Oriente.

En la reunión del G20 también participa el británico David Cameron quien, tras ser declarado "persona non grata" por el gobernador argentino de Tierra del Fuego (extremo sur de Argentina) por su visita (definida como una "provocación") al disputado archipiélago de las Malvinas/Falklands, promete dar lucha sobre la guerra en Ucrania.

Una cita mañana en Río, donde por primera vez Lavrov encontrará numerosas miradas condenatorias desde la muerte de Navalny. (ANSA).