La historia del carro siciliano se remonta a principios del siglo XIX, ya que hasta fines del siglo XVIII el escaso desarrollo de las calles habí limitado el transporte al lomo de los animales.
Así su paso de medio de transporte a obra de arte fue relativamente breve. Hoy, el carro siciliano -junto con la "opera dei pupi", las tradicionales marionetas- es un símbolo de la isla, tanto que se apresta a iniciar el camino para ser reconocido como Patrimonio Mundial por la Unesco.
El carro será protagonista absoluto de la primera edición del evento regional "Carro - Icono de la identidad siciliana", un proyecto promovido por el consejo regional de Bienes Culturales e Identidad Siciliana.
El punto principal del evento será en el muse oRegional Palazzo d'Aumale de Terrasini (Palermo) en el fin de semana del 2 al 4 de julio.
El encuentro es fruto de un cuidadoso trabajo de investigación realizado por Domenico Targia, director del Parque Arqueológico de Tindari, junto con el personal regional en servicio en la Biblioteca del Museo d'Aumale, que custodia una rica documentación al respecto.
El mismo Museo alberga una colección de unos 70 carros tradicionales procedentes de diferentes lugares de Sicilia.
Así comenzó el proceso de revalorización de las diversas formas de arte que confluyen en el tradicional carrito, artes durante demasiado tiempo consideradas menores y que ahora ven restablecerse la atención sobre los saberes sicilianos.
Intervienen en la realización decoradores, pintores, constructores de terminaciones, artesanos y otros artistas.
"El carro asume, en nuestra cultura -dijo Alberto Samonà, asesor regional de Bienes Culturales e Identidad siciliana- un significado simbólico que atraviesa diferentes ámbitos, para convertirse en emblema mismo de la identidad siciliana".
"Instrumento ante litteram de promoción, el carrito pintado -además de demostrar la riqueza del dueño- cuenta nuestra alma y las diversas manifestaciones de nuestra Tierra", explicó.
"Recuperar el valor y la función del carro siciliano, restituyéndole el papel simbólico que merece, también es un primer paso hacia el deseado reconocimiento de patrimonio inmaterial de la Unesco que pondría al carro, con sus imágenes pintadas de la historia de los paladines de Francia, como elemento reconocible de la tradición siciliana, equivalente a la Opera dei Pupi, que ya es Herencia Inmaterial"