LA HABANA - El primer automóvil que circuló en Cuba fue llamado "la Parisiennse" en 1898 y era capaz de viajar a una velocidad máxima de 12 kilómetros por hora, suficiente para abrir el camino para siempre en la isla a los persistentes "carros" de toda época que no se han detenido, pese a vientos y a mareas históricas.
Es lo que prueba El Museo del Automóvil en Cuba, situado en la parte más antigua de La Habana que acaba de anunciar una exhibición de autos clásicos como parte de las celebraciones por el Día Internacional del auto británico Ford Anglia.
Ese modelo fue un coche, o carro como le llaman en Cuba a todos los automóviles, que fabricó la estadounidense Ford en el Reino Unido.
Es descrito como un vehículo afín al Ford Prefect y al posterior Ford Popular. La denominación Ford Anglia corresponde a cuatro modelos fabricados entre 1939 y 1967.
En Cuba, el Museo del Automóvil tiene una presencia casi sorpresiva para los transeúntes que caminen por una estrecha y antigua calle habanera.
En su espacio de exhibición formados por almacenes transformados tiene además excelentemente conservados autos Ford, Rolls Royce, Packard, Oldsmobile, Alfa Romeo y De Soto entre otros.
Guarda además algunas sorpresas ajenas a los motores y carrocerías, relacionadas con las personas que los conducían como un Masserati, una réplica del que el corredor argentino Juan Manuel Fangio pudo haber utilizado en el Grand Prix de La Habana en 1957, si no hubiera sido retenido por revolucionarios cubanos en medio de la guerra contra el gobierno de Fulgencio Batista.
Se conservan además los tres vehículos que usó el Papa Francisco Francisco en La Habana, Santiago de Cuba y Holguín, ciudades que visitó en 2014 y desde los que saludó a los cubanos reunidos en los márgenes de calles y avenidas por miles.
El museo, que tuvo sus detractores a través de los años, fue "salvado" por el ya fallecido Eusebio Leal Spengler, el reconocido y querido por muchos Historiador de La Habana, que lo protegió.
La palabra mágica para el lugar es "turismo". Un turista escribió recientemente en inglés en una muy conocida publicación estadounidense dedicada al sector que "antes de ir a Cuba, investigué sobre este museo del automóvil. Una vez en la Habana Vieja, fue un poco difícil encontrar este lugar ya que muchos cubanos ni siquiera lo conocen".
Agregó que "Si amas los autos como yo, ¡este es un buen lugar!".
Fuera del museo, los automóviles en Cuba pasaron algunas épocas para recordar. Cuando la revolución cubana fundó el socialismo en el país, el bloqueo de Estados Unidos "cortó" de golpe la entrada de automóviles y vehículos desde ese país a la isla y de sus piezas de recambio.
Los mecánicos locales, por iniciativa y necesidad propia, los mantuvieron "andando" como pudieron, adaptándoles piezas de otros modelos que se construían en el una vez llamado "campo socialista" especialmente los Ladas, soviéticos, los Skodas, checos, y los Fiat Polski de Polonia, entre otros.
Resultó que de esa manera forjaron joyas únicas.
La historia determinó que esas marcas también se mantuvieran funcionando, especialmente el Lada aún con una gran presencia en Cuba incluyendo algunos hechos recientemente en Rusia.
Una sorpresa grata es que actualmente, pese a vientos y mareas energéticas, por las calles y carreteras de este país del Caribe siguen "rodando" todas las marcas, capaces aún de causar en algunas ocasiones congestiones del tránsito.
La nueva exposición de autos clásicos auspiciada por el museo y por varios clubes y grupos automovilísticos que existen en La Habana lanzará en breve una caravana de 20 autos y 10 motocicletas que recorrerán el Centro Histórico habanero.