BUENOS AIRES - Los objetos más significativos y representativos de la historia del diseño italiano desde la posguerra hasta la actualidad serán exhibidos en la muestra "Diseño Italiano. La belleza de lo cotidiano entre Italia y Argentina", del 23 de septiembre hasta el 29 de enero, en el Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires.
El Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires, promotor y organizador del evento, encargó la curaduría del proyecto a Silvana Annicchiarico, con el objetivo de brindar un panorama esencial y articulado de las principales líneas evolutivas que caracterizaron la historia del diseño italiano desde 1945 hasta hoy.
Según la curadora, los objetos de la exposición fueron seleccionados por la originalidad del proyecto, la innovación de las tecnologías o materiales y la capacidad de captar y representar el gusto y la cultura de una época específica, resultando un testimonio de cómo el diseño encarnó, en la Italia de la segunda mitad del siglo XX, el sueño democrático de llevar la belleza a la vida de todas las personas.
El recorrido está segmentado en secciones cronológicas que abarcan las grandes fases de la historia italiana contemporánea.
Reúne piezas de diseñadores de fama mundial, como Gio Ponti, Ettore Sottsass, Michele De Lucchi, Vico Magistretti, Bruno Munari, Gaetano Pesce, Marco Zanuso, y presenta objetos icónicos como la lámpara Pipistrello (Murciélago) de Gae Aulenti, el sillón Proust de Alessandro Mendini y la cafetera Napoletana diseñada por Riccardo Dalisi para la firma Alessi.
Las cinco secciones cronológicas que articulan la exposición son: -1945-1963 La posguerra, la reconstrucción y el boom económico..
-1964-1972 La democracia objetual y los fetiches del consumo -1973-1983 La crisis y la comunicación de las emociones.
-1984-1998 Después de la modernidad.
-1998-2022 El nuevo milenio y el diseño como profesión de masas.
La directora del Instituto Italiano de Cultura, Donatella Cannova -también coordinadora general del proyecto-, sostuvo que se apuntó a dar cuenta de la capacidad del sistema de diseño italiano para dar respuestas a las necesidades que emergen en la sociedad desde la posguerra a la actualidad, proponiendo soluciones adecuadas al "espíritu de los tiempos", contextualizadas y partícipes de un proceso de rediseño del mundo, a partir de una idea que está en el origen del objeto.
Un aspecto novedoso de la muestra es que establece un diálogo entre los íconos del diseño italiano y piezas significativas del diseño argentino, para que el visitante pueda apreciar directamente las afinidades y diferencias, así como las evoluciones y transformaciones de ciertos objetos o mobiliarios en ambas culturas, llamadas a confrontarse a través de los artefactos que pueblan la vida cotidiana.
Como apunta Dolores Delucchi (FADU/UBA) en el catálogo, el viaje entre "belleza" y "vida cotidiana", no pretende ser exhaustivo, sino que da cuenta de una manera característica de ser y diseñar.
"Nos lleva a los inicios fundacionales del Diseño Industrial como disciplina en la Argentina, recorre las primeras décadas de su desarrollo y se detiene a las puertas de nuestro siglo, dejando a futuros proyectos la exploración de las interrelaciones entre Italia y Argentina inherentes al segmento histórico correspondiente a producciones más recientes".
Las piezas que representan la Sección de Diseño Argentino proceden de la colección del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires e inician su recorrido en los años 50 hasta las décadas del 80 y 90.
Se destacan los objetos creados por figuras emblemáticas del diseño argentino, como los pioneros Susi Aczel y Horacio "Bucho" Baliero, Reinaldo Leiro, Ricardo Blanco y Herman Loos.
Fruto de este proyecto surge además el libro-catálogo en formato bilingüe, enriquecido con una selección más amplia de objetos icónicos del diseño italiano, que pretende ser una referencia del desarrollo de la disciplina entre Italia y Argentina.
En suma, como expresó Marina Cañardo (Directora del MNAD), la invitación que aparece en el subtítulo es tal vez lo más sugestivo de la exposición. Es con la idea de (re) descubrir "la belleza de lo cotidiano" donde nos damos cuenta de que la propuesta no termina en el museo.
Por el contrario, la muestra señala una necesidad: la de mirar con nuevos ojos aquello que nos rodea, la de revisar nuestra propia vida diaria.