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Por Francesco  Tedesco
El culto y la devoción a San Genaro, patrono de Nápoles, en Italia, es candidato a Patrimonio Inmaterial de la Unesco.
"San Genaro es un símbolo de la tradición napolitana, es una entidad que se escucha en todo el mundo, por eso, prestamos la máxima atención a la candidatura a la inclusión en el patrimonio de la Unesco", afirmó hoy Gennaro Sangiuliano, ministro de Cultura italiano.
Se trata de una candidatura que parte de la curia napolitana y de las numerosas asociaciones y comités que en Nápoles cultivan la memoria del santo.
Sin embargo, no es sólo el santo de la ciudad, porque fuera estuvo -y está- junto a los millones de napolitanos que en el último siglo emigraron a todas partes, llevando consigo la tradición que vive hoy en Nueva York, donde se celebra cada año una gran fiesta callejera el 19 de septiembre, pero también en Alemania, Francia, Canadá, Gran Bretaña, España y Brasil.
Más de 275.000 personas conectadas desde el exterior están viendo en la web ceremonia del milagro de la licuefacción de la sangre en directo.
Unos 20 millones, se estima, son los fieles de San Genaro en los distintos países.
"San Genaro - explicó el arzobispo de Nápoles, Domenico Battaglia - representa la resonancia cultural y popular en Nápoles y en el mundo, que fluye a través de su sangre".
Una tradición que se extiende por todas partes y que es la base de la solicitud a la UNESCO de incorporar el culto del santo al patrimonio inmaterial de la humanidad, candidatura financiada por la Región de Campania en el marco del programa de valorización de los bienes inmateriales regionales previsto por ley.
La iniciativa es apoyada por la Universidad Federico II.
"El culto de San Genaro une religión y ciudad, Nápoles se hace única por esto. En San Genaro hay cultura e historia, pero también humanidad y queremos que su historia continúe llegando al reconocimiento por parte de la UNESCO de un patrimonio mundial que ya existe", explicó el rector, Matteo Lorito.
El movimiento por el reconocimiento estará encabezado por Gaetano Manfredi, alcalde de Nápoles -quien también es presidente de la Diputación de la Capilla Real de San Genaro, donde se guarda la sangre del santo-, en un comité que también acoge a Clemente Mastella, alcalde de Benevento, donde nació el santo, y Luigi Manzoni, alcalde de Pozzuoli, donde murió.
El arzobispo Battaglia subrayó los aspectos históricos del culto, pero también la actualidad de San Genaro.
"En el símbolo de su sangre - dijo Battaglia - los napolitanos han reconocido su propia sangre derramada a lo largo de los años en una lucha por una sociedad justa y equitativa, un derramamiento de sangre contra la barbarie y el crimen organizado".
"Por eso, quien dice Nápoles dice San Genaro y quien dice San Genaro dice Nápoles", subrayó.
El ministro Sangiuliano se comprometió a apoyar con fuerza la candidatura.
"Tengo el nombre de San Genaro -dijo- y estudié su vida y su sacrificio. Conozco bien su figura y su culto mundial".
"El 19 de septiembre -concluyó con una anécdota-, cuando era pequeño, mi madre me llevaba al Duomo y todos los años me regalaban una estatuilla de San Genaro".