Fiat Uno (foto Depositphotos)

ROMA - El Fiat Uno cumple 40 años y celebra un importante aniversario, en un momento en que la marca se encuentra en un nuevo punto de inflexión, como entonces.
De hecho, una vez iniciado el proceso de electrificación, con los coches híbridos, Fiat también se pasó a los eléctricos puros con el 500e, y se abre paso hacia la transición energética.
En 1983, con una inversión de 1 billón de liras, el Fiat Uno fue el coche de la recuperación.
Un vehículo que, al final de su carrera, se vendió en más de 9 millones de unidades.
Trajo innovación, partiendo del estilo firmado por Giugiaro, y pudo contar con una campaña de comunicación innovadora, con un lenguaje moderno.
El spot, realizado con la prestigiosa participación del periodista e ilustrador italiano Giorgio Forattini, recitaba frases como: "es cómodo", "es chic", "es económico" y, para la versión diésel, "es viaje".
De hecho, el diésel 1.3 atmosférico prometía, nuevamente basándose en el lanzamiento publicitario, hacer olvidar el "superimpuesto automovilístico" (una tasa de circulación obligatoria para los propietarios de vehículos automotores destinados al transporte promiscuo de personas y cosas, cuya capacidad supere un determinado umbral, ndr).
Coche del año en 1984, el Fiat Uno tenía un interior que miraba hacia el futuro, al igual que la línea exterior con parabrisas inclinado, que favorecía un Cx de 0,33.
De hecho, la instrumentación estaba flanqueada por dos satélites, y había soluciones originales, como el cenicero, que podía deslizarse por el tablero, o la bocina integrada en el mando de flechas.
Inicialmente, en 1983, los motores eran de 900, 1.100 y 1.300 cc, con potencias que iban de los 45 a los 70 CV y, a los pocos meses del lanzamiento, se sumó el diésel atmosférico de 45 CV.
Dos años más tarde llegó el Turbo i.e. con 105 CV que podía alcanzar una velocidad máxima de 200 km/h, y el motor Fire 1.0 entraba en la gama en el 45, sustituyendo a la anterior unidad derivada del Fiat 127.
En 1986 llegó también el turbo a la versión diésel, y así debutó el Uno Turbo D 1.4 de 70 CV.
También existía una versión con cambio automático continuamente variable, denominada Selecta, para enriquecer la gama que, año tras año, fue adquiriendo diversas actualizaciones técnicas.
Con el rediseño de 1989, el Uno adquirió varias claves estilísticas de su entonces hermano mayor, el Tipo, y antes de pasar al Punto, bajó el Cx a 0,30.
Además, redefinió el diseño interior de una manera más tradicional y aumentó el rendimiento de los motores, con el Turbo i.e. que alcanzó la meta de 118 HP, gracias al aumento de la capacidad del motor a 1.372 cc, y la adopción de la turbina Garrett T2 en lugar del IHI montado en la primera serie.