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Un refugio seguro en un país amigo, junto con 200 millones de dólares de su patrimonio privado y una amnistía para un centenar de sus funcionarios: esto es lo que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, supuestamente le pidió a Donald Trump para renunciar y huir al extranjero.
Los detalles del acuerdo, revelados por el periódico británico The Telegraph, se discutieron en una llamada telefónica entre ambos, de aproximadamente 15 minutos de duración, ocurrida en los últimos días.
La conversación -aunque no el contenido- fue confirmada recientemente por el propio Maduro, quien la calificó de "respetuosa e incluso cordial", a pesar del clima de creciente presión desde Washington para que el líder chavista dimita.
El heredero de 63 años de Hugo Chávez, quien ha estado en el poder ininterrumpidamente desde 2013, inicialmente señaló a Cuba como un posible destino, mientras que el magnate sugirió Rusia o China.
Sin embargo, la Casa Blanca, según se informa, rechazó la inmunidad para los leales a Maduro, negándose a brindar protección a figuras acusadas de vínculos con el narcotráfico y la corrupción.

 

 

Cada vez más marginado y obligado a reforzar su seguridad personal con nuevos agentes cubanos, así como con más oficiales de contrainteligencia infiltrados en el ejército, el jefe de Estado venezolano incluso ha hecho un llamamiento a las fuerzas de izquierda brasileñas, instándolas a "salir a las calles" para defender la soberanía de su país.
Mientras tanto, el país sudamericano se encuentra prácticamente aislado del mundo exterior después de que aerolíneas extranjeras suspendieran sus vuelos por razones de seguridad, debido al despliegue militar estadounidense en el Caribe, supuestamente para combatir a los cárteles de la droga.
En este sentido, Estados Unidos ya ha llevado a cabo 22 ataques contra embarcaciones acusadas de transportar narcóticos: el último ataque ocurrió en el Pacífico y resultó en la muerte de cuatro presuntos narcoterroristas.
Mientras tanto, pocos días antes de la ceremonia del Premio Nobel de la Paz en Oslo, la líder opositora venezolana María Corina Machado convocó a sus compatriotas a unirse a una marcha por la paz y la libertad.

La excongresista liberal, que vive en la clandestinidad, espera que la movilización se lleve a cabo en más de 20 países y 80 ciudades de todo el mundo.
"La transición en Venezuela será ordenada e irreversible", pronosticó Machado en una entrevista con El Mundo, convencida de que el cambio de régimen ya es inminente.