POR GRACIELA CUTULI
Una misteriosa escultura de bronce hueca, que según la leyenda contiene los restos del poeta italiano Dante Alighieri, fue rescatada -aunque mutilada- y luce ahora sus enigmas en el Palacio Barolo, uno de los más emblemáticos edificios de Buenos Aires.
El pedestal de la escultura, durante mucho tiempo desaparecida, fue presentado anoche a la prensa en el Palacio Barolo, ubicado sobre la emblemática Avenida de Mayo porteña y cuya cúpula es el icónico remate de un edificio que su creador, el arquitecto Mario Palanti, definió como "rascacielos latino".
El Palacio Barolo, inaugurado en 1923, mide 100 metros, como los 100 cantos que componen la Divina Comedia, y tiene 22 pisos, como las estrofas que componen cada canto.
La planta baja y los dos subsuelos representan el Infierno; el Purgatorio va del primer piso al 14, y el Paraíso es la torre, de los pisos 14 a 22.
Los visitantes suben del Infierno al Purgatorio en ascensor, y del Purgatorio al Paraíso a pie, por un estrecho pasadizo cuyas escaleras que llevan al punto más alto del edificio: el faro de la torre, sobre el cual en los primeros días de junio se ve alineada la Cruz del Sur.
Otros detalles revelan la filiación italiana del Barolo: para el historiador Carlos Hilger, Luis Barolo -que encargó el edificio- y Palanti eran miembros de la logia Fede Santa, que hunde sus raíces en la Edad Media, está vinculada con los templarios y habría tenido a Dante entre sus miembos.
El mármol del piso, verde, blanco y rojo, evoca los colores de la bandera italiana. Y asegura el mito que Luis Barolo pretendía traer a la Argentina las cenizas de Dante para salvarlas de una Europa en guerra.
Los restos del autor de la "Commedia", obra que selló el nacimiento de la lengua italiana, son el corazón de un misterio que dura siglos y se reaviva este año, cuando se cumplen los 700 años de la muerte del poeta florentino.
Aunque su tumba oficial se encuentra en Ravenna, donde murió, los restos de Dante han desaparecido más de una vez a lo largo de la historia, y son reclamados desde siempre por Florencia, la ciudad donde nació.
¿Podrían entonces haber llegado a Buenos Aires por voluntad del comitente del Barolo? "Suena estrafalario, pero en esa época en la Argentina el 50% era italiano, era el sexto país más poderoso del mundo y se temía que Europa se destruyera por años. Entonces no era ilógico que hayan querido proteger la escultura", explicó Miqueas Tharigen, descendiente de uno de los primeros inquilinos del Barolo y ahora difusor cultural del edificio junto con su hermano Tomás.
La escultura "La Ascensión", de Mario Palanti, se hizo en Trieste en 1919, como homenaje a las víctimas de la guerra, con el cuerpo de un hombre -tal vez Dante- sobre el águila. La base ahora recuperada se encuentra en la oficina de los Tharigen y se muestra a los participantes de las visitas guiadas.
Una réplica completa de esa obra, realizada a base de fotos por Amelia Jorio, hija de Carlos Jorio, uno de los primeros inquilinos el Barolo y abuela de Miqueas y Tomás Tharigen, se encuentra en el hall de entrada del edificio.
Se trata de la figura de un cóndor (un águila en la original) con las alas desplegadas y un hombre moribundo en el lomo. La obra está allí desde 2015, colocada en reemplazo de la creada por Palanti, que nunca había llegado a ser colocada en el hall central.
Hace más de 20 años, los administradores del Barolo lograron ubicar esa pieza original perdida en manos de un coleccionista de arte de Mar del Plata (a 400 km de Buenos Aires). Trataron, sin éxito, de recuperarla.
En un segundo intento de recobrar la escultura de bronce hueca, de dos metros de ancho por 1,50 de alto, se enteraron de que había sido cortada al medio y la parte superior había desaparecido.
Un complemento perfecto para el mito, ya que algunos creen que en el interior de la escultura estaban los restos de Dante, que habían llegado escondidos en secreto desde Italia para descansar en la bóveda del Palacio. Los hermanos Tharigen aseguran que en 2023, para los 100 años del Barolo, se intentará descubrir el contenido del pedestal.
Recuperar la escultura, aunque incompleta, "fue una ardua tarea que llevó muchos años y que se concluyó hace no más de cinco meses cuando encontramos la escultura en un anticuario y pudimos comprarla. Y logramos que finalmente esté donde Palanti y Barolo lo habían soñado", contó Miqueas Tharigen.
En cuanto a los restos de Dante, aseguró: "Los mitos hay que alimentarlos, porque son parte de la historia. No me animo a indagar sobre si realmente están o estuvieron allí. Prefiero que siga la leyenda".
Tomás Thärigen, por su parte, aseguró que haber conseguido el objetivo de recuperar la escultura "fue liberador", más allá de que la figura no esté completa.
"Lamentablemente falta la pieza superior, que es la que tiene la figura que supuestamente es de Dante. Pero nos pone muy feliz que finalmente llegue al Barolo, después de más de 100 años", comentó.
Sin embargo, queda algún documento de lo que fue la escultura original: el arquitecto Guillermo de Diego la conoció hace unos 30 años durante un relevamiento que incluyó el chalet donde se encontraba la obra. En ese momento la documentaron en un video que hoy sale a la luz.
De Diego recordó que en la base tiene la firma de Palanti, junto a la leyenda "Trieste 1919". Y que la parte superior era una" exquisita obra de arte".
Y aunque se teme que la pieza de bronce haya sido fundida, el hallazgo hace un tiempo de cientos de obras de arte robadas y enterradas, en un campo de Mar del Plata, permite perseguir la esperanza de su recuperación.