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NUEVA YORK - Desde hace 60 años, un personaje atípico ha estado vagando por el mundo de los cómics: se llama Diabolik y ha tenido el mérito de haber roto en cierta manera con el cliché de los héroes de los cómics estadounidenses que peleaban por el bien y la justicia.
Por el contrario, Diabolik no duda en matar y fue, en sus inicios, diabólico y decidido a hacer lo necesario cuando se veía en aprietos.
Considerado un antihéroe romántico, Diabolik nació de la creatividad de las hermanas italianas Angela y Luciana Giussani, en noviembre de 1962.
Pronto se convirtió en una de las series de historietas más famosas de los años 60, alcanzando notoriedad no solo en Europa, sino también en el reino de los cómics en Estados Unidos.
Fueron estas dos damas burguesas de Milán, quienes decidieron lanzarse a una empresa editorial sin precedentes, en tiempos donde las historietas eran propiedad casi exclusiva de los hombres.
El primer número de Diabolik salió el 1 de noviembre de 1962, costaba 150 liras y se titulaba "El rey del terror". La idea era transponer en cómics las características típicas de los folletines franceses de principios de siglo, novelas que tenían como protagonistas a ladrones brillantes y caballeros como Fantomas y Lupin.
La elección del formato de bolsillo resultó también todo un éxito. Había sido pensado como lectura ligera para que los viajeros de la mañana pudieran llevarlo cómodamente con ellos durante los viajes.
Otro punto a favor fue el lado romántico del personaje, que las hermanas Giussani consolidaron con la llegada del personaje Eva Kant como compañera de vida y crimen de Diabolik.
En sus inicios Diabolik poseía características detectivescas. Era un ladrón ingenioso que, ya en su primer número, se enfrenta a su rival-alter ego, el inspector Ginko.
Un dato curioso que no pasa desapercibido: tanto el ladrón como el policía tienen una letra K en su nombre o apellido.
Junto a Diabolik está Eva Kant (aquí también otra K en el apellido), que aparece de repente en el tercer episodio titulado "La detención de Diabolik", publicado en 1963.
La relación entre ambos se profundiza, hasta el punto de que Eva se convierte en protagonista de algunos números.
"Diabolik no es malo. Los malos disfrutan haciendo el mal.
Es un pragmático: si tiene que alcanzar un objetivo especialmente complejo y alguien se interpone, entonces no duda en sacarlo", explicó Mario Gomboli, entre los primeros colaboradores de las hermanas Giussani en la realización del personaje.
Las autoras presentaron a Diabolik como "un hombre con una inteligencia fuera de lo normal y de una audacia que no conoce límites".
Diabolik es un ladrón con cientos de disfraces y de trucos.
Para eso apela a sus habilidades para la realización de máscaras de plástico, una especie de camaleón capaz de mimetizarse a su gusto y escapar de los adversarios hasta en situaciones muy peligrosas.
Similar a Batman, Diabolik utiliza los más modernos descubrimientos de la electrónica y de la medicina. Se suma además, para volverlo más atractivo, astucia y una envidiable agilidad de acróbata.
En lugar de Batmóvil, se moviliza en su inseparable Jaguar E-Type.
El personaje, a punto de cumplir 60 años, sigue vigente en el mundo de los cómics, y suele estar presente en las ferias de historietas.