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por STEFANO CASINI

En el invierno demográfico italiano, cada vez hay más personas que no sienten la procreación como un imperativo biológico natural y social. El más reciente “pensar de las parejas es: “Amamos una vida en la que podamos tener el control total de nuestros días”

¿Falta el deseo? Es difícil admitir esto mientras los datos hablan de una catástrofe demográfica inminente. En 2023 sólo, en Italia,  nacieron 379.000 bebés, mientras que la cuna de la civilización occidental, se está transformando en un país de viejos. No llegar a 400.000 nacimientos en un año, en una población de 63 millones, es una cifra que, de mantenerse en el tiempo, en un lapso de 50 años, podría bajar la población a 55 millones!

Según estudios  de EUROSTAT la población de los países de la Unión Europea descenderá de los 447 millones de 2020, a los 416 millones en el año 2100. Esta caída, junto al envejecimiento de la población, serán algunos de los retos demográficos del presente siglo a nivel comunitario. En las últimas 3 décadas, la única razón por la cual el número de ciudadanos europeos no bajó estrepitosamente, fue por la silenciosa invasión islámica. El promedio de hijos por pareja en Europa no supera los 1.4 hijos. Con este promedio, en 100 años, la población podría bajar un 25%. Por la alta reproducción de los musulmanes, que se calcula de 8 hijos por pareja, la población europea logró mantener cierto equilibrio, a pesar que, según datos oficiales de Francia, de las personas de 0 a 20 años, el 50% serían musulmanes. Los datos matan los relatos en todos los países europeos. Por ejemplo, en el Reino Unido, en 1990 había unos 100.000 musulmanes, hoy pasan los 6 millones. Hay un alcalde de Lóndres musulmán y un Primer Ministro cuyo origen es de la India. En pocas palabras, Europa se está “islamizando” rapidamente!

La población en el conjunto de la Unión Europea descenderá a partir de 2025, según proyecciones comunitarias, que prevén una reducción de más de 33 millones de habitantes.

Según la oficina estadística Europea, el mayor aumento en cifras absolutas se está produciendo en Suiza, que ganará tres millones de habitantes más y pasará de los ocho actuales a los doce. Le seguirán Suecia, tres millones más y Francia, dos más, siempre por la presencia de “la familia” islámica.

Sin embargo, se producirán grandes caídas en países como Polonia, que perderá unos diez millones de habitantes, a la que seguirá Italia, con ocho menos. En España la caída de población será de 1,5 millones entre 2020 y 2100. La densidad poblacional (habitantes por kilómetro cuadrado) se concentra alrededor de a las capitales, como en Madrid o París, por ejemplo. Además, también se distribuye en torno a regiones con mayor actividad administrativa o económica. Es el caso de la costa Mediterránea notamos zonas comoEspaña, Lombardía en Italia o Estambul en Turquía. Provincias de países europeos como Madrid, Barcelona, Roma, Berlín o Milán son las que más población tienen en cifras absolutas. Hay 2 elementos fundamentales por lo cual, este fenómeno, está produciendo grandes cambios demográficos en Europa. Son muy simples y lógicos: el aumento de la edad de las personas y la negación de las nuevas parejas (las NO KIDS), de reproducirse.

Las proyecciones comunitarias recogen una reducción de casi 10 millones de la población infantil en la Unión Europea para el 2100. El descenso será mucho mayor en la población con edad de trabajar, con 60 millones de personas menos entre los 15 y los 64 años en todo el contexto de la Unión Europea. Por otra parte,  se va a producir un aumento de casi 40 millones de personas mayores de 65 años.

Quizás en Uruguay no se habla mucho de este fenómeno que, obviamente, no es solamente europeo, sino de todo el mundo occidental. Cuando llegué a Uruguay hace más de medio siglo, había 2,5 millones de habitantes, hoy 1 millón más. Es cierto que la diáspora es muy grande, pero, señores, en algún momento, el gobierno de turno, deberá tomar cartas en el asunto.